La semana pasada el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) mantuvo congelados, por quinta semana consecutiva, los precios de los derivados del petróleo. Según la información servida por el propio ministerio, esta decisión favoreció que no se transfirieran a los consumidores, aumentos por galón de RD$13.21, RD$10.94 y RD$8.04, en los precios de la gasolina regular, la gasolina premium y el GLP, respectivamente. La decisión de las autoridades de no transferir a los consumidores los aumentos señalados, estaría costando al Estado unos RD$140 millones de pesos semanales o RS$560 millones mensuales.
Actualmente, el país está siendo afectado por una inflación récord en los últimos años de 7.09 %, acumulada de febrero 2020 a febrero 2021. El mercado de trabajo refleja fragilidad mostrando al mes de marzo del presente año una reducción de 158,609 cotizantes a la Superintendencia de Pensiones de la Seguridad Social, respecto a marzo del pasado año y, adicionalmente, se espera el anunciado desmonte en este mes de abril de los programas sociales que se impulsaron desde el gobierno para apoyar a la población vulnerable durante la pandemia.
En ese contexto, el MIC intenta diferir la decisión de no autorizar el reajuste de los precios internos de los combustibles, para ganar tiempo hasta encontrar una ventana de oportunidad en los mercados externos que le permita mantener fijo o disminuir los precios actuales pero menos de lo que proporcionalmente correspondería con relación a la reducción que se verifique en los precios internacionales, hasta compensar las pérdidas acumuladas durante el período de que se trate. Tradicionalmente, aunque violando la ley, esa ha sido la estrategia de gestión de los precios internos de los combustibles en situaciones como la que enfrenta el MIC.
El petróleo West Texas Intermedio (WTI) que se utiliza como referencia en el país para la fijación de precios, reflejó aumentos en los mercados internacionales de 5.03 % en enero, 17.23 % en febrero y una reducción de 5.29 % en marzo. En la primera semana de abril, cerró con una caída adicional de 3.10 %.
Posiblemente, el comportamiento de las últimas semanas haya reforzado la convicción de las autoridades sobre las posibilidades de éxito de su estrategia y aunque esta no puede ser totalmente descartada debido a la volatilidad que históricamente manifiestan los mercados internacionales de petróleo, tendrá que vencer los desafíos que suponen unos pronósticos desfavorables.
Los precios internacionales del crudo y derivados han sido recientemente afectados a la baja por el aumento de la producción de crudo en Rusia y Estados Unidos, incremento en la producción de las refinerías, así como reducción de los inventarios de crudo de este último país y, por otra parte, una demanda todavía débil por los efectos del aumento de los contagios del covid-19 en India y las nuevas restricciones a la circulación en diversos países europeos.
Posiblemente hasta que no haya indicios claros de disminución de la tasa de contagio en las principales economías, no se estabilizará la demanda de crudo y sus derivados.
En cuanto a la oferta, a futuro se espera que Arabia Saudí y Rusia incrementen gradualmente su producción y que Irán pueda reiniciar sus exportaciones luego de las conversaciones que lleva a cabo con la comisión de países que busca revivir el acuerdo nuclear de 2015.
Sin embargo, se proyecta que en la segunda mitad del 2021 los precios del crudo WTI se mantendrán en promedio en los niveles actuales, entre US$60 y US$70 el barril, impulsados por la recuperación de las principales economías, por lo que al MIC le apremia la suerte para ver coronada de éxito su estrategia.