El 21 de agosto se anunció que PLD, Fupu y PRD se constituyeron en alianza para las próximas elecciones. Ese anuncio se produjo muchos meses después de que dirigentes de los tres partidos, comunicadores y figuras de la opinología promovieran la idea de esa alianza como única posibilidad de detener la continuidad de los cambios y reformas que lidera Luis Abinader.
Además de los dos meses transcurridos desde el anuncio de la alianza hasta que se aplicó la última encuesta Gallup, el martes, los promotores llevaban más de dos años promoviéndola.
¿Y qué nos dice Gallup sobre el posicionamiento de esa alianza, pasado ya tiempo suficiente para que los dominicanos nos definamos frente a ella?
Adiós, que los dos principales candidatos de la alianza, Leonel Fernández y Abel Martínez acusan decrecimiento y no la pujanza que debía reportarles, pues han bajado en la intención de voto ciudadano, mientras su oponente sube.
En efecto, en la entrega de junio 2023 de esa encuesta Luis Abinader marcó un 47.7 en la intención de voto y en la de octubre dada a conocer esta semana en El Sol de la Tarde, subió a 55.2%, para un alza de 7.5 puntos porcentuales.
Entre las encuestas de junio y octubre Abel Martínez cayó de 19.0, a 13.5 y Leonel Fernández también bajó de 28.9 a 27.4%, según Gallup.
Es decir, que en los últimos 4 meses mientras Luis subió 7.5 puntos porcentuales, los de la alianza redujeron su intención de voto en 7%.
¿Por qué en el caso PLD-FUPU la unión no hace la fuerza?
Porque la llamada alianza es una ficción. Son el mismo litoral político enzarzado en una unidad y lucha de contrarios, un cambalache de suma cero: lo que sube uno, lo baja el otro y, además, la erosión que se causan entre sí, revela ahora Gallup, los hace bajar a ambos.
Además el pasado de corrupción, impunidad y descalabro institucional los persigue tras 20 años de gobierno en los que dejaron sin resolver todas las carencias sistémicas del país.
¿Tienen alguna posibilidad de remontar para entrar en competencia con Luis?
No, porque aspiran a subir si se produjera un grave deterioro de la situación nacional, despreciando el hecho de que Luis es ya un capitán probado en las adversidades, que es trabajador como ninguno, honesto como el que más y que gobierna en acuerdo e interpretando las grandes mayorías.
Y, en definitiva, si se produjera el deterioro que los PLD-Fupu quisieran, la gente sabe que no se cambia de montura en crecida de río, como la que desgraciadamente acaba de hacer el Fula de Bonao.