Una minoría-orgánica, su entente minúscula-ultraderechista y batería periodistica-mediática agotada la primera fase de su estrategia: satanizar el fantasma de la reelección, o tan siquiera habilitación, bajo el predicamento -“patriótico-cívico”- de defensa de la Constitución como lienzo pétreo-intocable; ahora, en la segunda fase de esa estrategia -a falta de pedagogía-política u orientación interna oportuna-, se enfila-afana en escamotear democracia pidiendo aclamación y no sufragio (algo curioso viniendo de quienes usaron el término-categoría “…dictadura….”) y tratando de sembrar división en la corriente orgánica-mayoritaria que exhibe siete aspirantes frente a uno –¡en todo su derecho!-. Pero no solo es, de esa minúscula-ultraderecha, sembrar división, sino, cizañas-desconfianzas entre los aspirantes del danilismo, con el fin-objetivo de llevar la dinámica interna de las primarias al terreno –insustancial- de los dimes y diretes y no al debate programático, sabiendo -como saben- que el evento final será con el padrón universal de la JCE. A todo ello, hay una frase o palabra, de uso corriente entre los colombianos, que un dilecto amigo, en estos días de máscaras, discursos oposicionista-belicosos internos y fuegos artificiales, ha puesto en mi exiguo vocabulario y es “Gadejo” que, para el caso que nos ocupa, se leería como “gana de querer dividir” aunque ese “querer” para nosotros -y también para los colombianos- significa otra palabra más gráfica-cotidiana. Pues en eso están; y la corriente orgánica-mayoritaria le ayudaría mucho si no pone y subraya -en perspectiva política-estratégica- los escenarios inmediatos y la unidad de cuerpo -política-declaratoria- de un liderazgo que está exhibiendo y demostrando ser el más democrático, facilitador y plural; pero que debe cuidar caer en ‘graciosísimo’ o, en el interés político-estratégico manifiesto de la franja orgánica-minoritaria, la misma que se fue a las calles a enarbolar valores democráticos, que ahora se quiere saltar, para de nuevo rehuir-escabullir -como el avestruz-, su realidad orgánica: minoría.
Por ello el afán de esa franja minúscula-ultraderechista y dos o tres kamikazes mediáticos –mas filósofos-periodísticos anti-PLD-, en querer sembrar cizañas entre los siete aspirantes de la corriente orgánica-mayoritaria propalando la idea-mentira de que el Presidente ya tiene su “delfín”, a sabiendas que lo acordado-refrendado, entre todos –incluido el último danilista en entrar a competir-, fue medición por encuestas y que se pongan de acuerdo -¡entre ellos!- sobre la firma -o firmas- que hará esas mediciones y que el que resulte mejor posicionado, ése -y no otro-, competirá con el aspirante único de la corriente orgánica-minoritaria.
Siendo esa la realidad política interna del PLD, no tiene lógica que una minúscula-franja de la ultraderecha-nacional y dos o tres kamikazes -voceros mediáticos-incendiarios- quieran deslucir el proceso democrático que está a la vuelta de la esquina: primarias abiertas…!