En la semana que recién termina, la Presidencia de la República Dominicana, la Academia de Ciencias y la universidad Intec, convocaron a reconocidos académicos, a importantes líderes políticos y a líderes sociales de la provincia de Monte Plata, así como a líderes religiosos de la cuenca alta del río Ozama, a los fines de que cada uno pudiera exponer en el Palacio Nacional, en presencia del presidente de la República, Luis Abinader, en presencia de la vicepresidenta de la República, Raquel Peña, y en presencia del ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Orlando Jorge, su visión sobre la situación actual de la cuenca del río Ozama y los impactos directos del contaminante urbanismo marginal expuesto a crecidas por tormentas y huracanes, de la agricultura regional dependiente de agroquímicos tóxicos, de la pecuaria que utiliza sus aguas como vía para drenaje de residuos orgánicos cargados de bacterias, de la industria tradicional que siempre ha emitido desechos químicos y de la minería que considera utilizar parte de la cuenca alta como depósito de colas arenosas finas resultantes del proceso hidrometalúrgico de Pueblo Viejo.
El objetivo de los convocantes ha sido sumar las altas calificaciones y el incuestionable crédito público de los convocados, para que, junto a las instituciones gubernamentales, se pueda comenzar a realizar un diagnóstico actualizado del estatus ambiental, económico y social de la cuenca Ozama, poniendo de manifiesto sus potencialidades forestales, agrícolas, hidráulicas, pecuarias, turísticas y usos de suelos en sentido general, así como su necesario ordenamiento territorial de caras a las amenazas climáticas, sociales y ambientales, amenazas dentro de las cuales están las tormentas y huracanes que cada año, entre junio y noviembre, pero mayormente entre agosto y septiembre, nos preocupan a todos, a los fines de que toda la data levantada sirva de pauta para estudios similares en las demás cuencas hidrográficas del país, ya que se requieren informaciones actualizadas sobre todas nuestras cuencas.
Para el Gobierno dominicano debe ser de interés capital conocer el estado actual de la cuenca del río Ozama, por ser el primer río del territorio nacional impactado por el urbanismo desde hace ya 500 años, por ser uno de los principales ríos del país, y que por ser el principal río de la ciudad capital alberga a cientos de miles de personas que ocupan de manera irregular cada franja marginal, y por ello, desde los años 50, 60 y 70, los diferentes gobiernos han visto con preocupación el crecimiento de asentamientos humanos e industriales a orillas de ese importante y caudaloso río, asentamientos que generan una alta contaminación química, orgánica y acumulación de desechos sólidos en toda la cuenca baja del río y en el litoral sur de Santo Domingo, desechos que nos llevaron a ocupar titulares de primera plana en toda la prensa mundial cuando en julio de 2018 la tormenta Beryl arrastró las basuras y las llevó hasta el mar Caribe, a todo lo cual hay que sumar la severa contaminación procedente del vertedero de Duquesa, cuyos lixiviados, generados por las lluvias caídas sobre las 3,500 toneladas métricas de basuras que allí llegan diariamente, al ser muestreados por sugerencia nuestra, y en presencia de notario público, arrojaron un contenido de 160 mil millones (160,000,000,000) como número más probable de coliformes fecales, cuando la norma no permite más de mil.
Todos los estudios requeridos para el diagnóstico certero y actual de esta cuenca hidrográfica Ozama, y de otras cuencas, deben estar sustentados en el conocimiento científico actualizado, porque, en un mundo globalizado, la avanzada ciencia de hoy sirve de base de sustentación a cada decisión que debe tomar todo gobierno en toda nación, pues cuando los gobiernos, las sociedades y las lejanas comunidades toman decisiones sobre bases científicas, no hay dudas de que en el futuro todos estaremos orgullosos y complacidos con los positivos resultados obtenidos, comenzando con las comunidades y completando con las propias autoridades, por lo que invitamos a todos los que estuvimos disertando en el Foro a sumar conocimientos, experiencias y voluntades, a los fines de que podamos estudiar científicamente, y diagnosticar, la situación actual de la cuenca del río Ozama y sus potenciales interacciones con la economía, con el medio ambiente y con las comunidades, todo lo cual debe servir de modelo para los estudios que debemos iniciar en las demás cuencas hidrográficas de todo el territorio nacional.