Tener las condiciones de procesar y conservar nuestra producción agropecuaria con un tejido de agroindustrias municipales, impulsará la producción y exportaciones de alimentos, y en esa medida sustituiríamos importaciones por producción nacional, y se crearían millares de empleos.
Podemos convertir la industrialización de alimentos frescos y sus exportaciones, en la turbina impulsora del desarrollo nacional. Solo que para eso debemos entender la necesidad de construir agroindustrias municipales, lo que incentivaría a los propietarios de tierra a producir.
Más del 80% de nuestras áreas con potencial agrícola están fuera de la producción. Por la inseguridad de mercado de los productores, pues, por falta de agroindustrias que absorban los excedentes productivos, cuando hay exceso de producción quiebran los productores.
No hay sector económico con más capacidad de generar empresas conexas que el sector agropecuario; mecanización, pesticidas, recolección, transporte, procesamiento (si hay agroindustrias), envase, etiquetado, embalaje, transporte-distribución, comercialización, exportaciones y más.
Desarrollar el sector no es impulsar la producción y arreglar caminos, es impulsar su industrialización con la construcción de agroindustrias municipales. Y no costaría un centavo al Estado, si luego de construidas, su valor se convierte en acciones y son vendidas al público.
Llevar el cambio al campo es industrializarlo. Para que el mercado de RD esté en capacidad de absorber los excedentes productivos y mantener precios para garantizar estabilidad en los productores y en los consumidores, al tiempo que incrementamos exportaciones y creamos empleos.