Desde 1844 ningún jefe del Estado Dominicano había viajado al Golfo Pérsico (“¿Qatar?… ¿Y dónde queda eso?”) la región planetaria más extraña, pues los cataríes ignoran la salsa y el merengue, la bulla callejera y la resaca alcohólica… Desde 1844 ningún jefe del Estado Dominicano había negociado nada con gente tan rara (pues no conocen el mangú ni piropean a las mujeres en las calles)… Desde 1844 ningún jefe del Estado Dominicano había negociado una inversión extranjera tan grande, como la que Luis Abinader seguramente negoció con un colega tan lejano…(Ya veremos cómo explica este viaje relámpago tan improvisado).
