Aunque no lo haya reconocido hasta ahora la Real Academia de la Lengua Española, el pueblo dominicano ha hecho importantes aportes al idioma de Cervantes, Lope de Vega, Machado y León Felipe, que ninguno de esos próceres de nuestra cultura blanca pudo siquiera imaginar. Por más que he buscado y rebuscado, no encuentro nada que sintétice la pasión de los cuerpos (sea en el vals o el bolero, en el son o el merengue), una sola palabra: “Queme”. (Reflexión dominicanista, mientras daba cintura en la pista de baile decembrina).