Este es el país más entretenido del mundo. Nadie se aburre. Nunca nos falta algo que ocupe nuestra atención. Dramas y comedias se alternan continuamente sin darnos pausa: visitas sorpresas para sustituir toda política estatal, informes bancentralianos de optimismo sin par, procesos judiciales a muy largo plazo contra la corrupción, campañas electorales de nunca acabar, candidatos y candidotes que no saben de dónde vienen ni hacia dónde van. Y, por si fuera poco, uno que otro loco en televisión que remata cada día con un encendido y muy divertido discurso visceral. (¡Venga a este teatro tropical…La entrada es gratis!).