El dominicano de pura cepa que soñaron los trinitarios es un ser respetuoso de los derechos humanos (contra la esclavitud, contra el racismo, contra los privilegios); es un ser antillanista (solidario con Cuba, Puerto Rico, Haití y las mejores causas de sus pueblos); es un ser fiel a sus deberes y derechos ciudadanos (respetuoso de las ideas ajenas, cumplidor de sus deberes, respetuoso de las leyes)… Pero lamentablemente, como señala Aníbal de Castro, director de Diario Libre, también tenemos dominicanos del cepo (un cepo lleno de excremento): esos que, luciendo los colores del fascismo, acusan de “haitianista” a ese diario.