Que apenas sacó diez por ciento en las últimas elecciones presidenciales; que sus últimos candidatos al Palacio Nacional han sido dos insulsas figuras sin arrastre ni en sus propias filas; que ni siquiera definió una promesa de campaña que convenciera a la gente; que ya no menciona para nada a su gran líder fundador; que ya no encabeza ninguna alianza con cualquier otra entelequia; que para el colmo de los colmos Danilo Medina adelanta su renuncia a la dirección del partido; que nadie se define como sustituto… Definitivamente, el PLD define su futuro con una nueva breve consigna: “¡Adiós!”.