Como ocupa el espacio laboral de los llamados a ser censados; como no precisa fecha a censar cada pueblo y cada barrio; como catorce días equivale a censar lo imposible: 700 mil personas cada día, de cabo a rabo en todo el país; como era impensable que cada quien iba a estar esperando el momento indefinido en que llegarían los censistas; como hacerlo en estos días para los censistas era mirar primero las nubes y no salir a mojarse; como eso de no trabajar con papel, sino con “tablet”, tiene sus riesgos incontrolables…Por todo eso y algo más, ya casi lo estamos viendo: el Décimo Censo se prologa una semana más…(y poco me lo jallo).