Un ensayo de Raifi Genao titulado “La herencia taína todavía vive en los dominicanos” (en https://lavendatransparente.wordpress.com/) contiene interesantes hallazgos sobre la permanencia de la cultura ancestral de los indígenas taínos mezclada con transformaciones de prácticas, costumbres y hábitos hasta nuestros días, inclusive de transformaciones que se han dado a través de los tiempos. Nos dice:
“Muchos términos de agricultura tradicional tienen orígenes taínos. La palabra conuco, aunque perdió su significado como un método de cultivo mixto parecido a la milpa indígena de América Central, ha retenido el concepto como un pedazo de tierra que se usa para la agricultura. Es lamentable que los dominicanos no han retenido el uso taíno de montones o de agricultura elevada, y sufren de uno de los peores casos de pérdida de subsuelo en el Caribe (Ferguson, 1992). También es lamentable que los dominicanos han usado demasiado la técnica “corta y quema”.
“Muchos agricultores dominicanos usan lo que se llaman los misterios o secretos espirituales de las plantas, incluyendo sembrando con el ciclo de la luna. Los Taínos también tenían un alto entendimiento de los ciclos de la naturaleza. Ese conocimiento agrícola se pasa de generación a generación. Es interesante ver que en algunas regiones, el día de la semana en particular influencia cuando es un buen día para sembrar. Esta práctica puede ser una manera transcultural de entender la división espiritual del mundo humano. Un ejemplo final de la agricultura que viene de tiempos precolombinos es el uso de la coa, que es la palabra indígena para un palo de sembrar que se usa hoy en día, aunque con punto de metal.”
“Preparando pan de casabe de la harina de yuca amarga es una tradición dominicana que tiene una fuerte conexión al pasado taíno. Aunque era común en el pasado preparar casabe en las casas particulares, hoy la producción de casabe es principalmente para panaderías y pequeñas industrias que llevan su casabe a bodegas locales para todo el país. La tecnología en la producción de casabe no ha cambiado mucho a través de los años, y mucho de la terminología es igual que la de los Taínos. Se ralla con guayos (hoy usan cucharas y cuchillos para pelar la yuca y ralladores mecánicos), se cuela en un saco de cana (capacho) para eliminar el ácido ciogénico (anaiboa o almidón), que se colecciona dentro de hojas de palma en forma de canoa. La masa se pone a secar. Se cierne en un cedazo para preparar la harina.
Después, la harina se extiende encima de un burén con fuego abajo por diez minutos cada lado, hasta que esté bien quemadita, y se pueda conservar durante meses. Así es un buen producto alimentario en un medioambiente húmedo tropical. Siempre hay casabe por la temporada navideña y la pascua, y está presente en la mesa dominicana. En años recientes la disponibilidad de pan hecho de harina de trigo ha disminuido el uso de casabe en la dieta dominicana.” l