El feminicidio es una de las tipificaciones penales establecidas en lo que sería nuestro próximo Código Penal. Buena noticia. Recordemos que nuestro país tiene una de las mayores tasas de este crimen en Latinoamérica: 2.7 por cada 100,000 habitantes.
La sociedad también muere cuando un hombre mata a una mujer, generalmente por asuntos pasionales y todo lo negativo que esa palabra arrastra. Algunos homicidas no se arrepienten de su acto bárbaro y hasta intentan justificarlo. Me pregunto: ¿acaso desconoce que el culpable es él, nadie más?
¿Qué culpa tiene ella de tener más fe en Dios que tú, ser mejor ciudadana y más solidaria con el prójimo que tú? ¿Qué culpa tiene ella de ser más educada, culta y tener mejores modales que tú? ¿Qué culpa tiene ella de que no la valores ni la respetes y seas con tus hijos irresponsable y poco cariñoso? ¿Qué culpa tiene ella si tiene más metas y es más sana de cuerpo y alma que tú?
¿Qué culpa tiene ella si un día fueron pareja y ya se cansó de ti, que eres pasado y ella tiene un futuro por delante, que no te encuentra gracia y desde hace tiempo no le atrae cómo piensas y actúas o incluso cómo eres en la intimidad?
¿Qué culpa tiene ella de tus fracasos, de que te sientas “poquita cosa”, de que eres inmaduro y no sepas lo que quieres en la vida? ¿Qué culpa tiene ella si por tu conducta infantil ya no te considera la compañía que necesita para ser feliz, pues no le inspiras seguridad y paz?
¿Qué culpa tiene ella si la celas hasta con el gato y no permites que desarrolle sus cualidades personales y profesionales? ¿Qué culpa tiene ella si quiere estar alegre, reír, compartir con otros y tú te incomodas por ello y te amargas la existencia? ¿Qué culpa tiene ella si es encantadora y tiene más amigos y amigas que tú y si cuando ella está en la pista bailando algunos la observan y admiran sus encantos y no soportas esas miradas?
Y me pregunto: ¿Qué derecho tienes para ofender su dignidad, golpearla o asesinarla, estando o no juntos? ¿Qué culpa tiene ella? ¡Cobarde! Tú, que dices ser “hombre”, si piensas matar a tu compañera y luego suicidarte, te sugiero, aunque también sea triste y condenable, que comiences por ti.
Es responsabilidad de todos que los feminicidios disminuyan sustancialmente, y depende de ti, de mí, de la educación que recibimos en la familia y en las aulas, del Gobierno, del Ministerio Público, de los jueces… Que se tipifique en el Código Penal es positivo, pero de ningún modo suficiente.