El discurso del presidente Danilo Medina el pasado 27 de Febrero, sin lugar a dudas, constituyó el punto de inflexión que necesitaba el proceso de negociación que el Gobierno Dominicano (GORD) había iniciado con Barrick Gold en septiembre del 2012. Hasta ese momento, señaló el Presidente, Barrick se había limitado a ofrecer un adelanto de los impuestos a pagar durante los 35 años de la vida del proyecto, para que el GORD recibiese algo más que los US$377 millones proyectados para el 2013-2016. Según informaciones recogidas por la prensa nacional, Barrick estaba ofertando poco más de US$1,000 millones como adelanto.
Cuando el presidente Medina respondió en su discurso que no aceptaba adelantos, pues eso afectaría las rentas a recibir por futuros gobiernos, las negociaciones aparentemente tomaron un giro diferente si se tiene en cuenta el acuerdo que se dio a conocer el pasado 8 del presente mes de mayo.
La estrategia del Presidente de llevar la posición firme del GORD ante la Asamblea Nacional y de esa manera, hacer llegar el mensaje a toda la Nación, no pudo ser más acertada. Sus palabras calaron en todos los hogares y rincones del país, concitando un apoyo casi unánime, con excepción de algunos sectores que pensaban que en estos tiempos se pueden anteponer derechos de seguridad jurídica a la inversión originada en contratos desbalanceados a los derechos de un pueblo a una participación justa de la extracción y explotación de sus recursos no renovables. Y de otros, tradicionalmente escépticos, que apostaban que el GORD no tenía ningún chance de “convencer” a la Barrick para modificar el contrato. Esas minorías, deben estar hoy muy preocupadas por sus declaraciones basadas en el desconocimiento sobre las decenas de contratos renegociados en los últimos años por gobiernos y empresas mineras en países desarrollados y en desarrollo, específicamente, cuando las circunstancias han cambiado y los gobiernos son forzados por la imprevisión a honrar el principio de la inconsistencia inter-temporal de las políticas públicas, en este caso, de los contratos mineros.
Ese apoyo unánime que recibió el Presidente, definitivamente fue ponderado por la empresa, llevándola a entender que el juego de la negociación había cambiado, pues además de los comisionados del GORD y de Pueblo Viejo Dominicana Corporation (PVDC), dos nuevos jugadores fueron integrados: el Presidente de la República, que hasta ahora se había mantenido pasivo, y diez millones de dominicanos que viven en la tierra donde la empresa aspira trabajar en paz y tranquilidad durante los próximos 35 años.
El gobierno de Canadá, al percibir la firmeza revelada en el discurso del Presidente, rápidamente entendió que el contrato tenía que ser renegociado. Un proceso de arbitraje, independientemente del resultado, no garantizaba que la empresa podría extraer oro durante los próximos años. El GORD perdería US$377 millones. La empresa, varias veces más, en adición a la improductividad de una inversión cuantiosa. ¿Por qué esto preocupaba al gobierno de Canadá? Porque millones de canadienses tienen invertidos parte de los ahorros para su retiro en acciones de empresas canadienses, entre ellas, Barrick. Un desplome de las acciones de Barrick derivado de un tranque indefinido de las negociaciones y la imposibilidad de explotar la mina, afectaría negativamente las futuras pensiones de los canadienses. Esa información tampoco era conocida por la minoría que se rasgó la vestidura ante el discurso del Presidente.
Gracias a la firmeza y el valor extraordinario exhibido por el presidente Medina, hoy día los dominicanos pueden celebrar los resultados de la renegociación del contrato entre el Estado dominicano y PVDC.
Antes del acuerdo preliminar alcanzado, el GORD iba a recibir poco más de US$10,000 millones durante la vida del proyecto a un precio del oro de US$1,600/oz. La carta enviada por el presidente de PVDC al presidente Medina el pasado 4 de marzo del 2013, así lo señalaba. Ahora, luego de las modificaciones que se introducirán al contrato, el GORD terminaría recibiendo US$11,615 millones.
Antes, el GORD iba a recibir US$377.4 millones durante 2013-2016, el 4.5% de los ingresos brutos de exportación proyectados en US$8,386.8 millones. Ahora, el GORD recibirá US$2,200 millones, equivalente al 26.25% de los ingresos brutos de exportación, casi seis veces más que lo que tenía previsto recibir.
¿Cómo se lograron estos resultados? Al Presidente dejar claramente establecido que no aceptaba adelantos que afectarían los ingresos que el contrato tenía previsto generar a los futuros gobiernos, la empresa comprendió que el contrato no podía mantenerse intacto en el ámbito de la fiscalidad.
EL GORD demandó la eliminación del requisito de la obtención de una tasa interna de retorno (TIR) de 10% sobre el capital invertido antes de PVDC comenzar a pagar el impuesto de participación de las utilidades netas (PUN). El GORD logró la eliminación de esa condicionalidad. Antes, el GORD tendría que esperar hasta el 2019 para cobrar el primer dólar por concepto del PUN; ahora comenzará a cobrarlo desde el 13 de noviembre del 2013. Antes, el GORD no cobraría un centavo del PUN durante 2013-2016; ahora cobraría US$1,283 millones.
Antes, sólo Barrick tenía derecho a recuperar su inversión desde el primer día en que se iniciaran las exportaciones; el GORD tendría que esperar que los accionistas de PVDC cobrasen toda su inversión más la TIR anual de 10%, para comenzar a cobrar por el agotamiento de la mina de Pueblo Viejo que había cedido en explotación bajo contrato. Ahora, el GORD comienza a cobrar desde el primer día por el agotamiento anual que evidencie la mina.
El GORD planteó también una mayor gradualidad en la recuperación de la inversión de Barrick/Goldcorp. Antes, los accionistas de PVDC terminaban de recuperar la inversión en el 2016; ahora, producto de la negociación, terminarían de recuperar la inversión en el año 2026, diez años después.
El GORD también exigió una reducción en la tasa de depreciación del 40% que establecía el contrato. Mostró las tasas que prevalecían en otros países donde Barrick tiene inversiones. El Gobierno logró que la tasa de depreciación acelerada de 40% fuese reducida a 15%, prácticamente similar al 14.3% que prevalece en Estados Unidos e inferior al 25% que se permite en proyectos mineros en Canadá. Al reducirse los gastos de depreciación durante los primeros años, las ganancias contabilizadas de PVDC suben, generando un aumento significativo del impuesto sobre la renta a pagar durante los primeros 10 años del proyecto.
El GORD logró reducir significativamente el pago de los intereses de dos préstamos realizados por una filial de Barrick. En el caso del préstamo de US$1,000 millones, la filial estaba cargando una tasa de Libor (6 meses) + 9.90% = 10.65% anual desde el 15 de junio del 2009. En el caso de los US$750 millones, estaba cobrando una tasa de Libor (6 meses) + 5.20% = 5.95% anual, desde el 19 de abril del 2012.
El GORD logró reducir ambas tasas, a partir de la fecha de desembolso de los préstamos, a Libor (6 meses) + 3.00% = 3.75%, sobre préstamos a 15-12 años, muy por debajo de la tasa de 5.875% que el GORD colocó los bonos soberanos a 10 años el pasado mes de abril. Esta reducción de tasas de interés representará un ahorro de US$907 millones durante la vida del proyecto, y aumentará el flujo de efectivo que sirve de base para el cálculo de los impuestos a recibir por el GORD.
Bajo el contrato vigente no hay impuesto mínimo más allá del Royalty de 3.20%, el cual, durante la vida del proyecto, generaría US$1,359 millones. La ausencia de impuestos mínimos implicaría que el GORD podría terminar recibiendo únicamente US$1,359 millones si debido a aumentos extraordinarios de costos de operación o pagos inter-compañías afectados por prácticas de precios de transferencia, PVDC declarase pérdidas o beneficios nulos luego de haber recuperado su inversión.
El GORD logró que PVDC acepte un impuesto mínimo en función de los ingresos brutos, calculado por anticipado cada tres años para cada uno de los tres años siguientes, por el equivalente del 90% de la suma del impuesto sobre la renta y el PUN proyectados a partir del 2017.
El impuesto mínimo resultante para cada uno de los años de 2013-2106 será equivalente al 26.25% de los ingresos brutos anuales proyectados sobre la base de un precio del oro de US$1,600/oz y la producción prevista. El GORD ha explicado que la tasa y la recaudación bajarían si el precio baja y subirían si el precio sube.
Si por alguna razón, los costos se disparan y el impuesto sobre la renta y el PUN caen, el GORD cobraría como mínimo el 90% de la suma del impuesto sobre la renta y el PUN proyectados antes del aumento de costos operativos. En otras palabras, si se producen aumentos inesperados de costos por encima de lo acordado, PVDC asume el 90% del riesgo y el Gobierno sólo un 10%. Esto estimulará a la empresa a operar de la manera más eficiente posible durante la vida del proyecto.
Antes de la negociación, lo único seguro eran los US$1,359 millones del Royalty. Ahora, además del Royalty, el GORD cobraría impuestos mínimos durante la vida del proyecto por US$9,315 millones, para un total de ingresos asegurados de US$10,674 millones, equivalente al 92% del total proyectado de US$11,615 millones, y ocho veces más que el mínimo asegurado bajo el contrato vigente. Esto no sólo beneficiará al Gobierno actual, sino también a los futuros, ya que contarán con los ingresos que provee el contrato vigente, pero ahora, con una seguridad de 92%.
El GORD logró introducir además un mecanismo de control de costos que en el largo plazo reducirá los costos operativos, lo que permitirá elevar el flujo de efectivo y reducir los niveles de incertidumbre en dicho flujo. En ausencia de esos controles, al Gobierno le habrían correspondido ingresos por impuestos ascendentes a US$8,610 millones durante el período 2013-2047, a un precio del oro de US$1,600/oz, pues el contrato vigente establecía un “laissez-faire” en el ámbito de los costos que podría erosionar las recaudaciones del GORD.
Antes, el GORD recibiría el 37.1% del total de los beneficios antes del pago de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA) durante la vida del proyecto. Ahora, los US$11,615 millones que recibirá el GORD al precio de US$1,600/oz., eleva la participación del GORD a 51.3%. La participación de PVDC baja, luego de la negociación, de 62.9% a 48.7%. De ese 48.7% que corresponde a PVDC, la empresa recuperaría su inversión y obtendría un retorno razonable. Producto de la firmeza del presidente Medina, el contrato Gobierno-Barrick Gold ha sido re-balanceado.