Uno de los principales elementos que incide en la delincuencia y la criminalidad en la República Dominicana, es la falta de oportunidades para la juventud del país. Esta dramática situación, se refleja en las estadísticas que indican que la nación tiene aproximadamente un 30% de la juventud que ni estudia ni trabaja. Los denominados NINI.
Aunque hay que destacar que la falta de empleo no es excusa para delinquir, es muy fuerte la presión social a la que son sometidos nuestros adolescentes por el tema de la moda, uso de aparatos tecnológicos modernos, como: celulares y el consumismo, entre otros aspectos.
Partiendo de esta realidad que vive nuestra juventud, es imperativo que desde el Estado sean impulsadas políticas públicas para que los jóvenes desarrollen actividades que les permitan canalizar sus energías. En ese sentido, es imperioso incentivar el deporte en las escuelas y los barrios.
En ese mismo orden, hay que ampliar a nivel nacional los centros del Instituto Nacional Técnico Profesional (INFOTEP), construir en cada provincia un Instituto Técnico Superior Comunitario (ITSC) como el que está ubicado en la comunidad de San Luis, en el municipio Santo Domingo Este, donde se imparten importantes carreras técnicas con una duración de dos años, como: hotelería, fotografía, entre otras.
En ese tenor, hay que destacar que las actividades formativas que realiza el ITSC tienen altos estándares de calidad, y al cual acuden jóvenes de diferentes partes del país para prepararse en áreas que les permitan insertarse en el mercado laboral con mayor facilidad. En adición a esto, hay que seguir impulsando los programas que ha venido desarrollando el Ministerio de Trabajo, tales como: mi primer empleo, bolsas de trabajos, entre otros.
En este contexto, si queremos alejar a nuestros jóvenes de la delincuencia y los vicios, como dependencia a las drogas, tenemos que crear las condiciones para que estos adquieran mayor formación técnico profesional, y realicen algún tipo de actividad deportiva que les permite drenar de manera positiva las energías propias de la juventud.
En conclusión, desde el Estado debe impulsarse políticas públicas más efectivas, encaminadas a reducir la cantidad de jóvenes que en la actualidad están ubicados dentro de las estadísticas de los NINI. En ese orden, las acciones que se han descrito en el presente artículo podrían contribuir de manera significativa a reducir la pobreza y la criminalidad en la República Dominicana.