Se conoce como asistencialismo social al conjunto de políticas estatales dirigidas a socorrer económicamente a los más necesitados, de manera temporal o permanente.
El Gobierno (con el dinero que producen otros), se muestra solidario con los más vulnerables, y les hace regalos para aliviar un poco sus cargas.
En República Dominicana, esta práctica ha ido in crescendo a través de los años, y ha cobrado la forma de tarjetas de solidaridad, bono gas, bono luz, supérate, ayuda para útiles escolares, regalos para las madres…
Nuestros hábiles dirigentes suelen presentar el aumento de las asistencias como un gran logro de sus gobiernos.
Cuando en realidad, debería ser motivo de preocupación.
Primero, porque hacer dependiente de migajas a una buena parte de su población, es pasar por alto su dignidad como personas. Es como decirles: “No puedes valerte por ti mismo, depende de mí porque no te queda más remedio… y de paso venérame como tu protector”.
Segundo, porque las asistencias, en vez de fomentar la productividad, incentivan y premian la comodidad y la mendicidad. Y los contribuyentes las perciben como una burla a su esfuerzo (te castigo con impuestos si produces, y te premio con regalos si no…).
Tercero, porque se convierten muy fácilmente en “compradoras de votos”, y en un fuerte sesgo a favor del partido que gobierna, en detrimento de la oposición. Contribuyen pues a desvirtuar los procesos electorales e incentivan el clientelismo.
Cuarto (y esto está probado), porque a nadie han sacado nunca de la pobreza. Los asistidos más bien se perpetúan en ella, y cada día son más. Estas dádivas no son más que parches que no solucionan la raíz de un problema, curitas en una herida que necesita cirugía.
Después que se crea la costumbre de regalar, es muy difícil desmantelarla, y comenzar a quitar, sin que se pague un alto precio político y social. Esta es la situación que impera en nuestro país. Se abrió esa llave y ahora el dinero no alcanza. A lo mejor tendremos la suerte de que surja un valiente en el camino que se atreva a cerrarla.