Conocer de qué manera los países, en distintas latitudes del mundo, hacen o dejan de hacer por el desarrollo de las personas, ayuda a una mejor comprensión de los reales progresos de la humanidad expresados en cada nación.
Jamaica ha brillado en el atletismo alcanzando la cima en los últimos años con el extraordinario deportista Usain Bolt, quien impuso récord mundial en los 100 metros planos; pero también en la música con Bob Marley, quien contagió al mundo con sus canciones y ritmos; pero interesa ahora considerar el desarrollo de Jamaica.
Se repite que el gran retraso en cuanto al desarrollo económico y social de los países de América Latina y el Caribe se asocia al hecho de haber sido colonias de España; destacando que España no aprovechó los grandes recursos que recibió de su dilatada colonización; además de que España, por las mismas razones, no tomó el camino del desarrollo industrial como sí aconteció en Inglaterra. De acuerdo al razonamiento anterior los países que fueron colonias de Inglaterra, como Jamaica, deberían de haber establecido ante los demás diferentes y superiores bases.
Jamaica fue colonia de Inglaterra desde 1655 hasta el 6 de agosto de 1962 con la declaración de independencia; y aun así nominalmente a partir de entonces el poder ejecutivo lo ostenta la reina Isabel II que, a su vez, se constituye en la actual Jefa de Estado y reina de Jamaica. ¿Qué efectos ha tenido el influjo y presencia de Inglaterra y ya del Reino Unido en Jamaica? ¿Qué dicen los números?
En lo que corresponde al Índice de Desarrollo Humano-IDH- Jamaica ocupa el lugar 94 (2015), mientras que Chile como país de referencia ocupa el puesto 38 y la República Dominicana el 99. En lo que respecta al Índice de Competitividad Global- ICG- Chile ocupa el puesto 35, República Dominicana el 98 y Jamaica-para el mismo año- el 86. Se recuerda que ambos índices expresan los niveles de prosperidad de las personas como resultado de la gestión del Estado. Y están directamente asociados a factores tales como educación, salud, esperanza de vida, eficiencia de los mercados, fortalecimiento institucional, confianza pública en los políticos, entre otros.
Si se toman en cuenta – para sólo citar dos más – los altos niveles de deuda de Jamaica (115% del PIB) y de homicidios intencionales (lugar 193 de 196 países) es evidente que para los conciudadanos del país de nuestro padre, Egbert Morrison, sus vínculos históricos con el Reino Unido con la aún nominal presencia de la reina Isabel II, no han significado ventaja alguna para su auténtico desarrollo.