La palabra penco es de uso despectivo en el español estándar aunque en algunas zonas de la República Dominicana es común que se utilice con sentido ponderativo.
Este término ha tenido un protagonismo inusitado en el debate político dominicano desde que el presidente Danilo Medina utilizara la expresión «un penco de candidato» para referirse favorablemente a Gonzalo Castillo, aspirante a presidente de la República por el Partido de la Liberación Dominicana. A partir de esta declaración, se han publicado en los medios de comunicación dominicanos frases como «“Penco candidato”, una palabra típica y popular en la región sur del país», «“Penco”, palabra usada por Danilo Medina para “describir” a Gonzalo Castillo causa revuelo en las redes sociales» y «“El Penco” afectó mucho a Gonzalo Castillo».
No obstante la clara intención apreciativa de la palabra en el contexto en que fue empleada, consultada su ficha en la plataforma de servicios lingüísticos Enclave RAE, de la Real Academia Española, se aprecia que en su primera aparición en los diccionarios, en el año 1884, penco remitía al sustantivo jamelgo: ‘caballo flaco y desgarbado, por hambriento’, y, según el Diccionario de la lengua española, denota actualmente ‘caballo flaco o matalón’, ‘persona rústica o tosca’ o una ‘persona inútil’.
Según el Diccionario del español dominicano y el Diccionario fraseológico del español dominicano, la locución un penco se refiere a algo o alguien grande o ‘que tiene características insuperables’, uso extendido en la región sur del país. Sin embargo, por lo menos en parte de la región del Cibao la voz penco se utiliza en forma despectiva para referirse a una bestia (caballo, mula o burro) flaca o haragana, con un sentido cercano a la definición contenida en el Diccionario de la lengua española.