Las palabras bumerán y búmeran son las adaptaciones recomendadas en español de la voz inglesa boomerang, que significa ‘arma arrojadiza que, cuando no da en el blanco, vuelve al punto de partida’.
En los medios de comunicación se utiliza con frecuencia el sustantivo inglés boomerang: “Advierte que el cierre de la frontera es medida extrema que podría convertirse en boomerang”, “María Corina Machado dice que su inhabilitación es un ‘boomerang’ para Maduro”, “El efecto boomerang se desprende de la ley de causa y efecto” o “Se convirtió en un bumerang contra el líder”.
Como indica el Diccionario panhispánico de dudas, la hispanización de boomerang presenta dos acentuaciones válidas: la aguda bumerán, que es la más usual tanto en la República Dominicana como en España y en otras zonas de América, y la esdrújula búmeran, frecuente en algunos países como Argentina, Ecuador o México. El Diccionario de la lengua española consigna, además, la expresión efecto bumerán (o búmeran), que expresa el ‘resultado de una acción que se vuelve contra su autor’. Se desaconseja la grafía bumerang, una forma híbrida que no es ni inglesa ni española.
Así, en los ejemplos anteriores lo más apropiado habría sido escribir «Advierte que el cierre de la frontera es una medida extrema que podría convertirse en un bumerán», “María Corina Machado dice que su inhabilitación es un bumerán para Maduro”, “El efecto bumerán se desprende de la ley de causa y efecto” y “Se convirtió en un bumerán contra el líder”.