Está a la vista que el Presidente Abinader tiene interés en reelegirse para el siguiente período, es su derecho, no lo limita la Constitución, conforme su Artículo 124, que dispone: “Artículo 124.- Elección presidencial. El Poder Ejecutivo lo ejerce el Presidente o la Presidenta de la República, quien será elegido o elegida cada cuatro años por voto directo. El Presidente o la Presidenta de la República podrá optar por un segundo período constitucional consecutivo y no podrá postularse jamás al mismo cargo ni a la Vicepresidencia de la República”
Lo que no es prudente es que se pretenda desbordar los límites que esa misma Constitución donde ordena en Artículo 209, numeral: “1) Cuando en las elecciones celebradas para elegir al Presidente de la República y al Vicepresidente ninguna de las candidaturas obtenga al menos más de la mitad de los votos válidos emitidos, se efectuará una segunda elección el último domingo del mes de junio del mismo año. En esta última elección sólo participarán las dos candidaturas que hayan alcanzado el mayor número de votos, y se considerará ganadora la candidatura que obtenga el mayor número de los votos válidos emitidos;”
Es categórico: “… ninguna de las candidaturas obtenga al menos más de la mitad de los votos válidos emitidos, se efectuará una segunda elección…”. Es decir, balotaje (RAE), lo que significa 50+1, de lo contrario se va a segunda vuelta, entre los dos candidatos más votados.
Si el PRM ahora pretende desbordar esos límites constitucionales, está incurriendo en los mismos propósitos de Danilo Medina cuando buscó adecuar infructuosamente la Constitución para gobernar hasta morirse de viejo.
Para muestra lo que declaró mi estimada y respetada amiga, Dra. Milagros Ortiz Bosch, sin ser desmentida oficialmente por su partido o el gobierno. Dijo en el programa El Despertador, el 3 de enero 2022, y recogido por este periódico El Caribe que: “El 50+1 para las elecciones distorsiona también la democracia y crea corrupción, el más uno, que primero se hizo contra Balaguer, y a lo mejor nosotros también participamos en eso; y para conseguir el uno que hacía falta se hizo un repartimiento, y ese más uno se convirtió en una distorsión, de corrupción de nuestra democracia; si esas cosas no se cambian por lo siguiente, una distancia entre el primero y el segundo, y seguimos premiando al que el pueblo rechaza, sale premiado, porque ese más uno, puede tener cinco votos y sale premiado…”. (El Caribe 12/1/22).
El balotaje tiene una base profundamente democrática, puesto que persigue acercar a la legitimidad del elegido, pero aún es precaria. Veamos, el promedio histórico de votantes en las presidenciales, es de un 70% sobre 8 millones; eso equivale a 5 millones 600 mil sufragantes; el 50+1 de estos son 2 millones 800 mil; o sea el 35%+1 del total de los 8 millones. Peor bajar a 45%, sería elegir con 31.5%.
Recordemos que la división del PLD no fue por una candidatura, sino por pretender desbordar los límites constitucionales establecidos en el Artículo 124, y el Vigésimo Transitorio; ahora el PRM busca hacerlo con el Artículo 209, numeral 1).
Es imprudente Presidente Abinader sumarle a la crisis del Covid-19 y sus consecuencias, un desbordamiento a los límites constitucionales.