Hoy es 25 de noviembre y por orientación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo se conmemora el “Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”. La decisión de escoger este día está basada en el hecho de que el 25 de noviembre del año 1960, fueron asesinadas de manera brutal por parte de la dictadura de Trujillo, las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, tres valientes mujeres que enfrentaron con gallardía, decoro y dignidad el oprobioso régimen dictatorial que cercenó las libertades dominicanas durante más de tres décadas.
Este día nos encuentra con una profunda preocupación por la gran cantidad de feminicidios y abusos en sentido general contra las mujeres, que se están produciendo en nuestra sociedad. En los últimos tiempos, cerca de un centenar de mujeres son asesinadas cada año por sus esposos, exesposos o pareja que se cree dueño y señor de ellas, y decenas de miles de casos de abuso físico, emocional y de palabras, son denunciados a las autoridades. El tradicional machismo de los hombres dominicanos y la falta de comprensión de que una relación de pareja debe estar llena de amor y de respeto, y que nunca debe producirse violencia ni maltrato a quien comparte contigo la vida y los sueños, están provocando esa epidemia.
Debemos todos, y muy especialmente los hombres, hacer conciencia de esta situación y frenar esos niveles de violencia. Se deben multiplicar las acciones y las políticas gubernamentales y de organizaciones de la sociedad civil, para prevenir que eso suceda y para castigar a los responsables. Es necesario también que como medida preventiva, tanto en las escuelas como en nuestras propias casas, desarrollemos una formación en valores de amor y respeto a nuestros niños y niñas para que, cuando crezcan y formen un matrimonio o busquen una pareja, sepan amarla, respetarla y nunca abusar de ella.
En nuestra nación se están desarrollando muchos planes y acciones de varias instituciones gubernamentales para enfrentar este terrible flagelo. En ese orden se destacan el Ministerio de la Mujer y la Procuraduría de la República, que han anunciado y están implementando planes para que se le ponga freno a la violencia contra las mujeres. Respaldo todas esas acciones, pero creo que las mismas deben llevar una clara orientación para ser efectivas y puedan alcanzar resultados favorables.
En ese orden, el Secretario General de la ONU expresó dos aspectos que deben ser tomados en consideración. Lo primero es entender que “la violencia contra la mujer se trata fundamentalmente de poder” y que “solo terminará cuando la igualdad de género y el pleno empoderamiento de la mujer sean una realidad”. Y lo segundo que expresó fue que “necesitamos una fuerte voluntad política, más recursos y una acción coordinada”. Tiene razón Antonio Guterres. Mientras la sociedad, en general, sea dirigida y determinada en las áreas de poder por los hombres, desde el gobierno hasta las familias, siendo ellos jefes y no líderes que enseñen con su ejemplo, la violencia no terminará.
Y asimismo, es sumamente necesario que exista una verdadera voluntad política, que se destinen más recursos a las áreas que implementan acciones y planes a favor de las mujeres, y que no haya dispersión de esfuerzos y recursos entre las instituciones estatales que tienen como meta enfrentar la violencia contra las mujeres. Solo así lograremos avanzar y enfrentar de manera eficaz la epidemia de la violencia de género.