Hace unos meses, cuando se definieron las candidaturas a la Presidencia y que la campaña electoral dio viso de “calentarse”, al tiempo de que los aspirantes comenzaban a dar a conocer sus ofertas, escribí que por el bien de la democracia dominicana se institucionalizara el debate político.
Pese a la crisis sanitaria que abate al país -causada por el coronavirus, pandemia mundial- los principales partidos políticos han arreciado sus actividades con miras a las elecciones presidenciales y congresuales pautadas para celebrarse el cinco de julio.
Gonzalo Castillo, candidato del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD); Luis Abinader, aspirante por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y Leonel Fernández, candidato por la Fuerza del Pueblo (FP) y el Partido Reformista Social Cristiano, redoblan sus actividades proselitistas.
Pero a la vez combinan sus actividades electorales con las ayudas -cada candidato a su manera- que prestan a los sectores más vulnerables al COVID-19.
Precisar, igualmente, que a menos de dos meses de la consulta comicial han llegado a los medios noticiosos numerosas encuestas las cuales, según los ejecutivos de las empresas que las realizan, “miden la popularidad” de los principales candidatos a la jefatura del Estado.
He criticado, sin nada de miedo, los resultados ofrecidos por la mayoría de las encuestas y que “ruidosamente” publican los diarios nacionales.
Sin embargo, como también lo he expuesto, no todas esas encuestas tienen el tinte de maquillaje. O que no obedecen a la realidad -a la verdad electoral- que podría llegar a toda la sociedad producto del voto mayoritario.
La más reciente encuesta, realizada por la firma Horizon Research LCC, que tiene el reconocimiento de la Junta Central Electoral, publicó unos resultados diametralmente opuestos con los ofrecidos por otras compañías encuestadoras.
Leamos el informe de la citada compañía: “Las elecciones del próximo 5 de julio arrojarían que el candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, obtendría el 41.3% de los votos; el de la Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, el 33.5%, y el del PLD, Gonzalo Castillo, un 22.8%”.
Estos resultados, obviamente, no concuerdan con otros que dicen todo lo contrario. ¿A cuál encuestadora creerle entonces? Por lo menos un debate, entre los principales candidatos, debe realizarse.
Presentarse ante el público, debatir, proponer sus ofertas, tratar de convencer al electorado. Así tendrán la oportunidad de “echar por el piso” resultados de encuestas no válidas.
Resumiendo: ¡El debate electoral es una necesidad para nuestra democracia!