Al iniciar un año siempre nos proponemos metas y retos con la finalidad de conquistar nuevas experiencias en torno a lo profesional y también lo personal.
Estamos a tan solo 13 días para culminar este 2023, un año que ha sido de grandes retos y desafíos para los dominicanos, que hemos debido sortear situaciones nunca antes vistas.
¿Quién iba a pensar que una lluvia nos arrebataría tantas vidas? Sin embargo, también es oportuno pensar el por qué de estas inundaciones que sobrepasan la capacidad del propio suelo.
Así como hemos estado marcados por el cambio climático, nuestras vidas pueden dar giros inesperados, que en el momento no sabemos a qué responde, pero tal vez, hemos ayudado o provocado que sucedan.
Lo importante de todo esto, es que seamos conscientes de que muchos cambios, algunos para bien y otros que no necesariamente aportan nada, se producen por reacciones o acciones que se van acumulando a lo largo del tiempo.
Y tal vez, sea este un momento oportuno para sentarnos con la disposición de pasar balance y cuestionarnos ¿qué hemos aportado para que las cosas cambien en mi entorno? Muchas veces queremos ser simples espectadores de los problemas, pudiendo ser protagonistas de transformaciones.
Yo prefiero ser parte del grupo de dominicanos que sigue apostando a que las cosas se hagan bien en cualquier escenario y demostrar con el ejemplo lo que estamos dispuestos de hacer para ello, que unirme a esos que se pasan la vida criticando, sin aportar nada, ni siquiera en sus familias.
Esos que quieren las calles limpias, pero que cuando llueve sacan la basura para que se la lleve el agua. Esos que bloquean las intercepciones o que se roban la luz en rojo, porque van rápido. Que salen tarde y quieren llegar temprano a sus trabajos. Esos que se molestan cuando en una tienda le dan preferencia a los mayores o embarazadas. Esos que tienen tolerancia cero en el tránsito.
No quiero ser de esos dominicanos que en el banco no respetan la fila y el orden, ni del grupo que asume un discurso muy lindo y a la hora de ponerlo en práctica se les olvida.
Prefiero ser de los que cada día se levantan con la frente en alto y el entusiasmo suficiente como para vencer los retos y desafíos que nos presenta la vida, con la firme convicción de que podremos seguir adelante.