La noticia de que el presidente Luis Abinader otorgó a ocho representantes del merengue típico la Medalla Presidencial al Mérito Civil llenó de alegría no sólo a la clase artística.
Manuela Josefa Cabrera Taveras (Fefita La Grande), Ramón Rafael Ramos Román, Francisco Ulloa, Ángel Bertile Nivar, Gaspar Rodríguez, Juan Antonio Robles (Viejo Puro) y en un homenaje póstumo a Bartolo Alvarado (El Cieguito de Nagua) y Rafael Francisco Ulloa, fueron los escogidos.
Un selecto grupo en representación de un sector importante que ha hecho aportes sustanciales que tocan rubros importantes más allá de la cultura y el entretenimiento.
Fefita La Grande, lideró el grupo de reconocidos. Es evidente que en este sector de la industria musical, pocas mujeres logran entrar y lo que es una osadía mayor, mantenerse en el tiempo.
Ella, la Vieja Fefa, es la representación más genuina de la mujer merenguera típica, que siendo parte de una generación sin mayores condiciones económicas y sin los adelantos tecnológicos de estos tiempos, pudo abrirse paso y mantener una carrera por más de 40 años, gracias a su talento y decisión.
La suya es una historia de entrega y amor por lo que decidió ser y por el deseo de superación para el bien de su familia. Me atrevo asegurar que es el caso de muchos otros de sus colegas reconocidos también, pero he querido detenerme en Fefita porque siendo ella la única mujer del grupo, es también la única Gran Soberano del merengue típico, máxima distinción que otorga premios Soberano.
Felicidades a todos los merengueros típicos reconocidos por el Gobierno Dominicano y enhorabuena porque la mirada de nuestras autoridades culturales se están abriendo a otros nichos donde se hace imperante que reaccionemos.
Es valioso el anuncio de que se pretende hacer en Mao, provincia Valderde, un museo y teatro del merengue típico donde los turistas, nacionales e internacionales puedan conocer la historia, aportes y desarrollo de este sector, pero aún más contundente, que el mandatario asumiera públicamente que “el Estado busca, establecer un plan para identificar las necesidades de ese sector, promover y consolidar el merengue típico del país”.
No se puede amar lo que no se conoce, hoy las nuevas generaciones necesitan conocer las verdaderas historias de superación, a los ídolos que no son de barro.
Hombres y mujeres que merecen nuestro respeto y admiración y mayor atención, ellos que han sostenido la identidad cultural dominicana con su talento y entrega por tantos años, lo merecen.