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La Navidad es una de las festividades más esperadas del año, por lo menos para mí lo es, porque a pesar de todo lo que haya sucedido la familia tiene la oportunidad de reunirse para compartir entre otras cosas, recuerdos que sacan risas y nostalgia.

En un mundo cada vez más acelerado y digitalizado, el valor de la convivencia familiar resulta esencial, y esta época del año nos brinda la oportunidad para reconectar con nuestros seres queridos.

Aunque la mayoría de veces lo olvidamos y nos concentramos en buscar un detalle para la gente que queremos, la esencia de la Navidad radica en la unión. A menudo, nuestras vidas diarias están llenas de compromisos laborales, responsabilidades y actividades que nos alejan de nuestras familias, o de lo que debería ser prioritario, y es en esta época del año cuando podemos hacer una especie de pausa para reconectar con lo que efectivamente debe ser lo importante.

Hay un elemento más relevante, en momentos en los que la salud mental cobra más vidas, en especial luego de la pandemia del Covid-19, compartir en familia durante la Navidad, según los expertos, tiene un impacto significativo en el bienestar emocional de todos.

Si nos damos cuenta, este tiempo de convivencia, de alguna manera, nos permite también expresar nuestros sentimientos, contar historias y transmitir valores. Los niños, por ejemplo, aprenden sobre la generosidad, la empatía y lo oportuno de ayudar a los demás a través de acciones de sus padres y abuelos, enseñanzas que son fundamentales a la hora de su desarrollo y formación como personas.

La Navidad también es gratitud, una de mis palabras favoritas, al reunirnos en torno a la mesa, podemos reflexionar sobre lo que hemos logrado y lo que tenemos, apreciando de esa manera, cada momento y cada persona presente.

No debemos olvidar que esta época del año no sólo es una celebración personal, es un momento para extender nuestra mano a aquellos que lo necesitan. Compartir no se limita a los lazos familiares, la solidaridad y el apoyo a quienes necesitan de un abrazo, el pan o simplemente compañía siempre será valioso.

Por eso insisto en que la Navidad es mucho más que una festividad, es una oportunidad para regalarnos en cada gesto de amor y bondad.

Hoy te animo que regales, abrazos, cariño, tiempo con tu hijo o familiares, conversaciones provechosas, risas, que quedarán en la memoria del corazón de cada persona.

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