En el ejercicio de la política a nivel nacional e internacional hemos visto como personajes de la vida artística, han decidido accionar en torno a algún proyecto político y los más arriesgados han asumido, inclusive, posiciones electivas.
Ejemplos tenemos de sobra, uno de los más recientes fue Sergio Vargas, el “negrito de Villa”, a quien se le ocurrió que siendo diputado serviría aún más a su amada Villa Altagracia.
“Vivo en Villa Altagracia en una casa sin puertas, en donde todos pueden llegar allí y encontrar un plato de comida caliente, donde todos los días atiendo a una gran cantidad de personas, que van en busca de que se le ayude para un receta, un ataúd o cualquier otra cosa. Y eso nunca lo he hecho con intención de ganarme el favor de la gente”, había comentado en una entrevista en la que explicó por qué no volvería a aspirar a una posición electiva, y mucho menos involucrarse en política.
La carrera del intérprete de “Vete y dile”, jamás se vio afectada por su inclinación partidaria, sin embargo, en una oportunidad recuerdo que tanto él como su madre de crianza me manifestaron cierta preocupación por este punto, ya que toda la familia, vive de la música y específicamente de la carrera del “Negrito de Villa”.
Otro caso, es el de Héctor Acosta, “El Torito”, quien desde el 2020 se desempeña como senador de la provincia Monseñor Nouel. Con la intención de cumplir a cabalidad con este rol, ha tenido que poner en pausa hasta giras importantes, puesto que ha entendido lo importante de la investidura de representar a su gente desde el Congreso.
El pasado sábado ofreció un concierto en el Teatro La Fiesta, del Hotel Jaragua, donde volvió a mostrar sus condiciones como artista, cantando desde merengue, bachata, balada, rancheras y hasta un son estrenó. El lugar se llenó completamente.
Entre los que asistieron habían liceístas y aguiluchos, pero también de toda denominación política, sin embargo, la música en general, hace que se olviden esas limitantes que pudieran existir, para unir corazones. La música no tiene fronteras y se ha evidenciado, una y otra vez.
Ojalá y por encima de todo, quienes asumen este reto entiendan que su principal rol, es llenar de alegría los corazones en lugar de dividir y puedan demostrar que es posible hacer un ejercicio de la política de una manera diferente, sumando, por encima de restar.