José Alberto Mujica, conocido como Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay, personaje político al que siempre tendremos que hacer referencia por su particular forma de valorar la vida y asumir el compromiso para el cual su pueblo lo escogió, ha dejado claro que “no le pidamos al docente que arregle los agujeros que hay en el hogar”.
Ha dicho en reiteradas ocasiones que es en la casa que un niño debe aprender a saludar, dar las gracias, a ser limpio, honesto, puntual, correcto, hablar bien a no decir groserías, a respetar a los demás, a ser solidario, a no robar, ni tampoco mentir y a ser organizado y cuidar la propiedad ajena, en fin una formación apegada a los valores.
Con esta afirmación la idea es dejar claro en la mente de los padres que en la escuela “se aprende, matemáticas, lenguaje, ciencias, sociales, inglés geometría y es donde se refuerzan los valores que los padres y madres han inculcado en sus hijos”, es lo que plantea el político uruguayo que ha estado en el país.
A propósito de que el año escolar recién inició y que el presidente Luis Abinader anunció el pasado 16 de agosto que la edad escolar para el 2023 será a partir de tres años de edad, en lugar de cinco como ha sido hasta ahora, no servirá de nada que podamos tener la oportunidad de que nuestros hijos reciban educación en una edad más temprana, si al final, lo que deben saber y que no se enseña en las aulas, no lo aprenderán nunca debido a que los padres no tienen tiempo o no les interesa enseñarles.
Ciertamente es en el hogar donde recibimos esa primera enseñanza que marca nuestras vidas, es en el hogar donde el niño o la niña debe entender que la comunicación es importante para resolver cualquier malentendido o conflicto, que es valioso respetar el derecho ajeno y que también la violencia no conduce a un buen camino.
Hoy el reto es tanto para los padres como para los maestros que reciben en sus aulas niños con profundos problemas que para nada tienen que ver con el conocimiento didáctico.
Por más esfuerzos que se hagan en torno a la calidad de la educación en el país, quedará siempre de por medio un vacío que de no ser documentado en el seno de la familia, el resultado será lamentablemente negativo.