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Figuras políticas que interactuaron con Orlando Jorge Mera, algunos de ellos desde la acera del frente, o sea, como adversarios, destacaron las dotes de conciliador del extinto político. El reformista Tácito Perdomo, con quien compartió faena en la Junta Central Electoral, como rival en un momento y como aliado en otra fase, recordaba, por ejemplo, el rol que este jugó como “apaga fuegos” ante algunos líos que se armaron con la llamada alianza rosada, en el 2002. Pero también Danilo Díaz, del PLD, hablaba de su papel en la crisis del 2020, tras la suspensión de las elecciones municipales. Son solo dos ejemplos que lo retratan como el político que fue. No solo sereno y decente, sino también armonizador. Hay un episodio de su carrera política, en el que puso de manifiesto su espíritu negociador, y fue cuando formó parte de un grupo que intentó unificar el PRD en uno de los tantos conflictos internos que se han registrado en la historia de esa organización. Los “ni ni”, como fueron bautizados los que promovieron esa causa, no lograron sus propósitos en lo inmediato, y hasta se dispersaron, pero hoy están juntos, en la misma plataforma política y en el lugar donde aspiran a estar los que se dedican a la política: en el poder.
Ni con uno ni con otro
Se llamaban así, los “ni ni”, porque intentaron, en ese momento, mantenerse al margen de la lucha de los grupos que encabezaban Hipólito Mejía y Miguel Vargas, luego de las elecciones del 2012. Además de Orlando Jorge Mera, estaban en esas gestiones, Eduardo Sanz Lovatón, Neney Cabrera, Alfredo Pacheco, Eligio Jáquez, Guido Gómez Mazara y el hoy presidente de la República, Luis Abinader, entre otros. La afinidad generacional, la similitud de criterios y el deseo de cohesionar el partido, unieron a esos dirigentes del PRD, hoy del PRM. Es ahora cuando se ven los resultados de esa lucha.