En el proceso electoral pasado se hablaba de la afinidad entre los “L”, es decir, Luis y Leonel, y lo mismo se decía de los “M”, o sea, de Medina y Mejía. La realidad es que lo de Abinader y Fernández era básicamente un acuerdo coyuntural, mientras que en el caso de Danilo e Hipólito, sí parecería que existe un vínculo amistoso, aunque estén en distintas parcelas políticas y se hayan enfrentado por la presidencia de la República.
De hecho, ambos compitieron dos veces entre sí y tienen récord de una victoria y una derrota cada uno, por lo que están empatados. En cuanto al hoy mandatario y el tres veces presidente, la alianza del pasado proceso era una acción política natural, pues ambos tenían un objetivo común: la derrota del PLD. Pero en esta coyuntura, no debe sorprender que Abinader le haya respondido a Fernández, ya que la época de alianza entre ellos pasó, y no parece que se vaya a repetir. El acuerdo era posible en el 20.
Fernández dividió el PLD y formó tienda aparte, con lo que garantizaba la derrota del partido morado. Pero en las elecciones del 2024, tanto él como el presidente Abinader van a aspirar al mismo cargo y solo uno puede alcanzarlo.
Funcionarios en la calle
No hay duda de que el programa “Gobierno en las Provincias”, estrenado el pasado domingo, es una acción política, aunque no necesariamente electoral.
Los gobiernos dominicanos se enfrentan a un dilema: cuando no hacen, son negligentes e ineficaces y si hacen, el objetivo es hacer proselitismo con el fin de quedarse. Para cualquiera en el mando, es mejor que lo acusen de lo segundo, y no de lo primero.
En cuanto al “performance” de algunos funcionarios, matizado con arengas políticas, ataques a la oposición y consignas reeleccionistas, no hay que rasgarse las vestiduras. La mayoría de ellos son dirigentes políticos y el escenario se prestaba para que actuaran como tales. No podían dejar ese traje en la casa, ni era esa la idea.