La alianza PLD-Fuerza del Pueblo ya está en fase de negociación, pues se habrían dado algunos contactos concretos, hasta ahora informales, pero con figuras de peso de ambas organizaciones y del PRD, de acuerdo con el agudo Carlos Osi Pérez. Pero mientras se avanza en eso, la objeción externada por los Castillo, de la FNP, se ha convertido en el principal ruido de la alianza. Lo que dicen “los Vincho” tiene peso por varias razones, y la principal es que han sido aliados tradicionales de Leonel Fernández. La lealtad de la familia Castillo y sus allegados hacia el tres veces presidente de la República ha sido notable, en un mundo, el de la política, donde ese rasgo no es tan común. Ha sido una relación muy especial, pues el afecto ha sido mutuo. Fernández una vez se declaró “vinchista” y el tiempo ha demostrado que su expresión no fue un simple cumplido de un político a un aliado.

El argumento

Los alegatos de los Castillo en contra de la alianza están escritos y grabados. Escritos en Twitter, en las cuentas de Pelegrín, Vinicio y Juárez, y grabados en más de una emisión del programa La Respuesta, del padre, don Vincho. O sea que sus argumentos están documentados, y nadie puede alegar ignorancia. De paso, han dado otra prueba de unión familiar y de espíritu de cuerpo ya que su discurso es uno solo, y apenas difieren en matices. En resumen, plantean que Fernández no puede aceptar un acuerdo con quienes fueron sus verdugos, sobre todo en el 2019, cuando se habría producido un fraude que lo despojó de la candidatura presidencial. Y a esto agregan que, en caso de darse la alianza, los casos de corrupción que involucran al PLD le salpicarían también a Fuerza del Pueblo.

Ruptura

Los Castillo tienen autoridad moral para enarbolar el planteamiento con el que se oponen a la alianza, ya que estuvieron al lado de Leonel cuando este decidió formar tienda aparte. De hecho, ya habían roto con el PLD, al menos con lo que llaman “el danilato”. Esto no va a parar las negociaciones, si se están produciendo y el asunto va en serio. La alianza puede darse sin los Castillo, pero será una baja sensible. Ellos no son solo buenos aliados, sino que casi nadie quiere tenerlos en la acera contraria.

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