La del 1996, fue la primera elección presidencial de dos vueltas. Y precisamente, ha sido la única ocasión en la que, no solo ha sido necesaria ir a una segunda ronda, sino también la única en la que el partido que quedó en tercer lugar definió los resultados de las elecciones, apoyando al que quedó en segundo. A partir de ahí, la tercera posición no ha servido para mucho.
Caso 2000
En el proceso del 2000, después de una lucha feroz entre el PLD y el PRSC por la segunda posición, el poder se impuso y los peledeístas se alzaron con ese puesto, pero de todos modos el candidato del PRD, Hipólito Mejía, aunque sin el 50 por ciento requerido, fue declarado ganador en primera vuelta, porque los morados se dieron cuenta de que no valía la pena competir, ya que la derrota era segura. Aquí ocurrió una situación totalmente distinta a la de cuatro años antes. En el 96, el Frente Patriótico resultó ganador porque prácticamente todos los que votaron rojo en la primera, votaron morado en la segunda. Eso es lo que dicen los numeritos. En el 2000, los peledeístas sabían que, pasada la primera vuelta, ya no contaban con los reformistas, y por eso decidieron renunciar a su derecho a participar en la segunda vuelta. Las relaciones entre los antiguos aliados ya no eran buenas, y prueba de ello es que los reformistas crearon el mote de “comesolos” para referirse a los del PLD. Se dijo, y así fue, que Balaguer había prestado su sombrero una vez, pero que no lo haría de nuevo.