Se dice que actualmente estamos viendo el proselitismo más anticipado de los últimos años. No es tan fácil hacer una medición que confirme eso, porque se trata de algo subjetivo.

Pero es cierto que es temprano para promover candidaturas, sobre todo a nivel de la presidencia de la República, pero también es cierto que lo del activismo prematuro no es un fenómeno de ahora, sino que es parte de nuestra cotidianidad. Es más regla que excepción.

Esfuerzos inútiles

El proselitismo anticipado ha seguido siendo un tema durante años. Distintos sectores de la sociedad han advertido del problema, el cual ha sido admitido por los partidos. Tanto así que hasta se han acordado cambios en las reglas del juego para retrasar los inicios de la campaña y reducir su duración.

La unificación de las elecciones fue decidida precisamente bajo la premisa de que las campañas estaban resultando muy largas. Más recientemente, el tema, que ha sido poco regulado, se incluyó en las nuevas legislaciones, en las que incluso se estableció un tiempo específico de duración, tanto para las precampañas como para las campañas. Después de todo eso, la cosa ha cambiado poco o nada.

Las razones de ahora

Las leyes electorales han sido mutiladas, pero aún mantienen intactos algunos aspectos relevantes, incluyendo la parte regulatoria en lo atinente al proselitismo. Ahora existen normas, límites y prohibiciones que nunca antes existieron.

A pesar de esto, los tres principales proyectos políticos del sistema comenzaron bien temprano y sus voceros oficiales y oficiosos dan distintas razones para justificar su activismo.

Fuerza del Pueblo es un partido nuevo y necesita darse a conocer y promoverse con miras al 2024. El PLD necesitaba colocarse a la par de sus adversarios, que en la práctica, parecen tener sus candidatos definidos y por eso se inventó lo de la consulta. Ante esos argumentos, solo quedaba el oficialista PRM, que arrancaba sí o sí. Y eso fue lo que hizo.

Posted in En la PolíticaEtiquetas

Más de opiniones

Las Más leídas