Si es cierto que, como dice un líder político, la oposición no gana elecciones, sino que en ocasiones, son los gobiernos los que pierden, el cuadro que se le presenta a la oposición política dominicana no es halagüeño en este momento. Muchas cosas pueden cambiar de aquí a las elecciones del 2024, pero al entrar en este año preelectoral, el panorama es el siguiente: Actualmente no hay una crisis, ni grande mediana, y el oficialismo navega con cierta tranquilidad, con un presidente con altos niveles de aceptación, mientras la oposición se divide básicamente en dos fuerzas importantes que se disputan, hasta ahora, la misma franja de votantes. Cuando una se fortalece, la otra se debilita. Con el agravante de que no parece fácil que se logre una alianza electoral entre ellos.
Alianza opositora
Hay quienes dentro del PLD y de Fuerza del Pueblo apuestan a una alianza, pero sobre todo hay figuras y grupos al margen de esos partidos, que promueven el entendimiento. José Fran Peña Guaba es uno de los que llevan la voz cantante. El principal inconveniente para esa alianza es evidente, y es que persisten graves diferencias entre los líderes de las organizaciones. Pero también habría muchas complejidades en una eventual distribución de candidaturas, en caso de que el acuerdo se dé a nivel legislativo y municipal. Y lograr la alianza tampoco garantiza el éxito electoral. Eso solo polarizaría el electorado entre los que apoyen la reelección del oficialismo y los que prefieran el retorno de los hoy opositores.
Se busca un discurso
La oposición ha tenido sus aciertos de manera esporádica, pero no ha sido la constante, ya que el oficialismo ha logrado controlar la agenda, y en los debates, o gana o empata. Hasta ahora, ni el PLD ni FP han logrado asumir como bandera un tema que le haga mella al gobierno del PRM y afecte su posicionamiento. Apostar a que vienen tiempos difíciles no es suficiente ni parece una estrategia sana, y el discurso de que no hay obras se caerá cada vez que se exhiba una.