Nunca lo sabremos, pero lo que se percibe es que el PLD obtuvo en marzo resultados muy por debajo de los que hubiera logrado en febrero, si las elecciones se daban y los votos se contaban. Las protestas en la Plaza de la Bandera no tenían, en teoría, ningún color específico, pero los morados fueron los afectados. Y peor aún para ellos fue el efecto de los cacerolazos. Los peledeístas más objetivos admitían, por lo bajo, que el impacto podía ser significativo, sobre todo en las ciudades más importantes. Y así fue.
Capital es capital…
Mientras al PLD el panorama se le complicaba, al PRM se le arreglaba, y aumentaba sus expectativas de triunfo. Desde siempre el principal partido opositor apostaba a las principales demarcaciones, sobre todo el Distrito Nacional y Santo Domingo Este. La foto de Luis Abinader junto a Carolina Mejía publicada en las sobre portadas de los diarios un día después de las elecciones, era una muestra de su confianza en el triunfo de su partido en la principal plaza del país, y además, de la importancia que le otorgaba a esa victoria para arrancar su campaña.
El efecto David Collado
El PRM era favorito con David Collado, y cuando este se retiró, los aspirantes a sustituirlo sintieron un gran alivio. Pero no contaban con que el alcalde asumiría como suya la candidatura de la secretaria general de su partido. A Collado se le cuenta este resultado como un segundo triunfo ya que fue armador, ejecutor y protagonista de la campaña. Y otra muestra de que el resultado tiene su sello es que son “davicistas” los regidores más votados, como Elías Reynoso, Manuel Núñez y Víctor Ogando.