El PLD no solo piensa definir su candidatura presidencial fuera de tiempo, es decir, de forma anticipada, sino también con una metodología inusual. Se habla de una consulta que tendrá una característica especial. No se usará un padrón cerrado, o sea, solo de miembros del PLD, pero tampoco totalmente abierto. Será una especie de híbrido. Hay un precedente similar, pero no fue bueno. El PRD usó un modelo casi idéntico en las primarias de 2011 en las que Hipólito Mejía le ganó a Miguel Vargas. Lo demás es historia conocida.
Los excluidos
El borrón del acuerdo entre los aspirantes establece que “la consulta se realizará de manera individual y secreta a los ciudadanos y ciudadanas incluidos en el padrón nacional electoral, con la exclusión expresa de los empadronados en el Partido Revolucionario Moderno (PRM), Partido Fuerza del Pueblo (FP) y demás partidos políticos…”. A seguidas establece que no se excluirán “los empadronados en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que coincidan en los padrones de otros partidos políticos”. Aunque se supone que no debería existir la doble militancia, con esta última salvedad se faculta a participar en el proceso a los que estén inscritos en el partido morado, sin importar que sus nombres aparezcan en otros padrones.
El precedente
Previo a las primarias del PRD del 2011, Vargas controlaba el partido, y Mejía era más popular en la población. Claramente, al primero le convenía un proceso cerrado, y al segundo, lo más abierto posible. Los perredeístas se decantaron por un sistema híbrido. Votarían todos los que estuvieran en el padrón, con excepción de los que figuraran en otros partidos. Hipólito ganó la contienda y Miguel aseguró que se infiltraron los enemigos del PRD.