Además de su fundador, el extinto profesor Juan Bosch, tres figuras han ostentado la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en ese orden: Leonel Fernández, Danilo Medina y Gonzalo Castillo. De los dos que llegaron a la presidencia de la República, uno se fue del partido y el otro está inhabilitado constitucionalmente para postularse de nuevo al cargo. Solo Castillo encarnaba la posibilidad de que el PLD repitiera candidato, pero en una acción tan anticipada como sorpresiva, este se excluyó de la lista de presidenciables del partido morado, en la que ocupaba un importante sitial. Ante ese panorama, cualquiera que sea el candidato o candidata presidencial para el 2024, estará asumiendo ese rol por primera vez. Y esa es una de las razones por las que quienes aspiran a la nominación han iniciado bien temprano sus aprestos, incluso antes de lo que se acostumbra en un país politizado, donde las precampañas y campañas arrancan con mucho tiempo de antelación, y parecen interminables.
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El escenario
Es entendible que quienes aspiran a la candidatura presidencial de los morados quisieran salir al ruedo mucho antes de lo aconsejable en una circunstancia normal, precisamente porque esta coyuntura no lo es. Estrenarse como candidato o candidata de por sí es difícil y lo es más hacerlo por un partido que ya estaba acostumbrado a ganar, pero que ahora salió del poder luego de una división. A todo esto se une que cualquiera de los que se alce con la candidatura sabe que tiene que enfrentarse, casi con toda seguridad, a un presidente en busca de la reelección y a otro candidato que ya fue presidente tres veces. Darse a conocer, promover la figura y vender un discurso son tareas para el candidato o candidata del PLD, pero no tanto para sus rivales, que ya tienen un trecho adelantado en esos aspectos. En ese escenario, cualquiera está obligado a madrugar…
