Aún no se ha producido, pero ya el solo hecho de que los tres principales candidatos presidenciales hayan confirmado su asistencia al debate organizado por la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) es un acontecimiento, positivo, relevante y lo más importante es que se sienta un precedente y desde ya compromete a candidatos futuros que a partir de ahora no tendrán excusas para evadir este intercambio, que ha sido una aspiración de la sociedad desde hace tiempo. Para que se estableciera la cultura del debate, solo faltaba que se lograra una primera vez. A partir de ahora, nadie va a querer desafinar.
El sí de Abinader
En la consecución de este hito, Luis Abinader se lleva el mérito, porque el sí suyo se supone que era el más difícil. Lo que decía hasta ahora el librito del pragmatismo es que un presidente de la Republica candidato no debate con sus adversarios. Pero tampoco lo hace un candidato que está en primer lugar. Abinader tiene las dos condiciones, y accedió a hacerlo. Algunos han llegado a decir que esto lo convierte en el ganador de un debate que aún no se ha producido. No es tanto así, pero sin dudas su gesto tiene un mérito especial. En el caso de Leonel Fernández y Abel Martínez, está claro que tenían que debatir sí o sí. Ninguno tenía excusas para evadir el pleito, y ambos en la posición que están, necesitan que ocurran cosas en el panorama, porque frisar la bola sólo le conviene al que está arriba.
Proyecciones
Los debates que se han realizado este año a otros niveles, como el del CODESS, han tenido un impacto positivo, y han significado un salto cualitativo en la democracia. Pero también se ha confirmado que los militantes de partidos y simpatizantes de candidatos pujan por sus favoritos. Al final de cada debate, cada quien ve ganador a quien era su favorito antes del debate. Lo mismo pasará en el debate presidencial. Si acaso, podría tener algún efecto en los indecisos, que a estas alturas no son tantos.