En una competencia electoral, como la que se vive en el país, en la que uno de los principales protagonistas ostenta la Presidencia de la República y otro ya ha ocupado el cargo, se espera que los competidores muestren niveles de madurez acorde con el rango de estadistas que ya han alcanzado. Hay un tercer candidato, Abel Martínez, que debuta en “Grandes Ligas”, por lo que se le perdonaría más fácilmente cualquier desliz, pero de Luis Abinader y Leonel Fernández, se da por descontado que se manejarán con altas dosis de prudencia, sensatez y elegancia. Y así ha sido hasta el momento. Lo sucedido ayer, en la celebración del aniversario de elCaribe y CDN, es una muestra de que la cordialidad y la decencia pueden mantenerse aún en una contienda en la que se juega algo tan codiciado y que despierta tantas pasiones, como la Presidencia, que es la máxima expresión del poder político.

Momento de distensión

Fernández agotaba su turno como conferencista en el evento cuando entró al Gran Salón del Hotel Embajador el presidente Abinader. Momentos antes, la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, destacaba las buenas relaciones que mantenían los líderes en República Dominicana, lo que calificó como “un lujo”. Fernández hizo un paréntesis en su ponencia para destacar la llegada del mandatario, resaltando que le tocaba el honor de presentarlo. Comentó que probablemente solo se veía aquí que “el líder opositor presenta al presidente de la República”. El público celebró su ocurrencia, y el presidente de Fuerza del Pueblo volvió a dirigirse al mandatario, esta vez para ponerlo al tanto de lo que estaba exponiendo en ese momento. “Presidente Abinader, estamos conversando de lo difícil que resulta gobernar, pero todos queremos permanecer en el poder”, dijo el tres veces presidente. Posteriormente, Abinader, al iniciar su discurso, que fue el de clausura, agradeció la presentación a quien, hasta el momento, parece su rival político de mayor importancia.

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