Aunque ahora se hagan muchos análisis con base en los números del proceso del pasado domingo 18, hay un hecho contundente y es que el oficialismo ganó, en cantidad de votos y en plazas obtenidas. Lo otro es que esos resultados sí pueden ser una señal de lo que ocurrirá en mayo, no solo porque la fortaleza de cada partido y bloque han quedado evidenciadas, sino también por un asunto de percepción. Una parte del electorado puede tomar decisiones para las votaciones de mayo sobre la base de lo que pasó en febrero.
Abstención
Muchos discursos del lunes 19 se cayeron porque se habían elaborado en referencia a niveles de abstención que luego se comprobó que no eran tan altos. De todos modos, la abstención registrada preocupa, sobre todo la de las grandes demarcaciones. Eso ha puesto en la palestra un tema que hace mucho debió tratarse: la posibilidad de unificar nuevamente las elecciones.
Las campañas
Como el enfoque principal de la oposición es que se usaron los recursos del Estado en campaña, hay aspectos que aún no se tocan y que tienen que ver con los resultados. Lo más obvio es el tipo de campaña que realizó cada bloque. El oficialismo hizo una campaña más festiva y alegre, pero lo más importante es que logró presentar un discurso unificado. En cambio, en el bloque opositor hubo ruidos desde el principio, los cuales permanecieron en el ambiente durante todo el proceso. Al final hubo algunas señales de que la alianza se consolidaba en los lugares donde se pudo hacer, pero al parecer, ya el daño estaba hecho.
Reto de la oposición
Ahora el principal desafío para morados, verdes y blancos es decidir si van juntos desde antes de la primera vuelta de mayo o esperar a una segunda que ahora se ve más lejos que antes.