Lo acaba de advertir el secretario general de la ONU, de cara a la cumbre climática en Egipto. António Guterres nos ha recordado que el planeta se dirige hacia un “caos climático” irreversible.
Para ese caos ha contribuido cualquier gran potencia que pone trabas a los intentos por reducir emisiones contaminantes, pero también lo hace quien con todo desparpajo lanza un envase plástico o una goma de mascar masticada en cualquier lugar.
En el intermedio cuentan quienes parecen confundir el medio ambiente con el bosque. Pero también hay culpa en quien, de manera perversa, solo ve sus beneficios, inmediatos por demás, a la hora de explotar las riquezas que le quedan a la mano.
En definitiva, tanto convivencia como sostenibilidad son asignaturas que venimos reprobando de manera creciente. ¿En quién está la deficiencia? ¿En la madre y maestra naturaleza o en quienes estamos llamados a usar nuestra condición de “seres racionales”?