La última línea bajada por el PLD a sus bien engrasadas bocinas es lo más parecido a la culeca actitud del avestruz cuando se paniquea.
La reacción se produce a propósito de la última encuesta Greenberg-Diario Libre, que atribuye a Luis Abinader un 52 % de intención de voto, por debajo de otras encuestas que sitúan entre un 55 y un 60 % el apoyo que recibe.
Tendrán que apurar el paso, porque el Hoy de hoy publica la Mark Penn/Kaldwel, de Bernardo Vega, que dice lo mismo: Luis se va en primera vuelta.
Dicen ellos, mintiendo con sinceridad, que la puntuación de Luis no es real y que se debe a que la Greenberg auscultó la preferencia electoral en los días de la efervescencia contraria a la suspensión de las municipales.
Se meten un autogol, pues admiten así lo que evaden como el diablo a la cruz: la sospecha de que son los principales sospechosos de lo que ellos mismos denunciaron como un sabotaje.
Mienten sinceramente, porque saben que desde mayo del año pasado Luis ha mantenido un sostenido ascenso en la preferencia del electorado.
En la Gallup-Hoy publicada a principios de abril 2019, ante la pregunta a quien preferían para presidente en las elecciones de este año, los ele3ctores dieron Luis un 21 %, Medina que aún era Presidente obtuvo 1 7 % y Leonel 13 %.
Así como recorrió 3 o 4 veces el país pregonando las buenas nuevas del cambio, desde entonces Luis ha recibido el apoyo sostenido de la mayoría del electorado, en todas las encuestas, publicadas o no.
El liderazgo de Luis ha sobrevivido ante una maquinaria política convertida en estado hegemónico en el poder, que se ha metido en un puño a poderes fácticos como la cúpula empresarial, eclesiástica y mediática y hasta buena parte de la intelectualidad que con su discreto encanto, y a veces sin cuidar matices, le sirve desde la “opinión”, el “análisis” y la politología.
No hay sorpresa ni foto coyuntural. Desde aquel 21 % el posicionamiento sostenido de Luis ha venido recorriendo los rangos 32, 42, 43, 45, 47, 48, desde donde de manera natural llega ahora en marzo al 52 %. Los datos de la realidad exponen con toda objetividad que el apoyo ciudadano que recibe Luis es la respuesta al ejercicio de un liderazgo responsable, firme, y flexible cuando se requiere.
Ahora, si los tutumpotes de la cúpula del PLD prefieren enterrar la cabeza como el culeco avestruz cuando se paniquea, que sigan durmiendo de ese lado.