En nuestro país tenemos una comunidad de creadores de contenidos -(influencers-youtubers, como quiera llamárseles) para diferentes audiencias o públicos-; pero me quedo con Willian Ramos, pues promociona el país y recursos naturales -flora, fauna, playas, ríos, gastronomía, lugares históricos y demás- de una forma educativa y profesional. Sin embargo, el tema central de este artículo está referido al El Salvador, creadores de contenidos y contribución a la promoción de su país que proyectan, queriéndolo o no, un país alejado de aquel estereotipo de país sumido en las “maras” o delincuencia organizada secuela de la guerra y la otrora situación sociopolítica antes de la llegada al poder del presidente Nayib Bukele (un fenómeno político-electoral que ha marcado un antes y un después en su país y más allá de su frontera).
En el caso de El Salvador, quizás por razones de desempleo y de oportunidades -como en la mayoría de nuestros países-, muchos jóvenes, y no tan jóvenes, vienen incursionando con éxito en el mundo de las redes sociales y plataformas virtuales -mayormente YouTube- como una vía expedita para procurar ingresos quizás sin saber o imaginarse la gran contribución social pero, sobre todo, de proyección turística que están haciendo por su país signado por unos estereotipos de otrora país peligroso que ahuyentaba el turismo, las inversiones extranjeras e hicieron de El Salvador quizás el único país del mundo que, en un momento histórico dado, tuvo más ciudadanos migrantes (por diversas razones socioeconómicas, guerra, flagelos históricos-estructurales, violencia e inseguridad ciudadana) que los que vivían en su territorio.
Y como me considero mitad dominicano y mitad salvadoreño, estoy al tanto de El Salvador, su realidad sociopolítica, migratoria y comunidad de creadores de contenidos prefiriendo, aunque todos son muy buenos, al Gordo soyocity (tan sincero, abierto, solidario e irreverente cual es…!)-, Alfredo Larín y al “tío Frank’ -Edgrar Francisco Trejo- por su labor de promoción de su país -aunque tal vez no lo sepan-, excelentes contenidos y espíritu humano y solidario…
Finalmente, y ya refiriéndome al presidente Bukele y su obra de gobierno, para mí encomiable -a pesar del prolongado estado de excepción y sus pros y contras (no ha sido fácil cambiar la otrora imagen internacional de su país, y lo que ello ha implicado)-, pues ha borrado dos manchas indelebles: el otrora país de dominio de las “maras” y diezmar el dominio político-electoral de dos partidos que hicieron piñatas del erario; aunque, en honor a la verdad, ni el país nuestro ni la mayoría de los países latinoamericanos han estado exentos al flagelo -histórico-estructural- corrupción pública-privada. Pero sin duda alguna, el presidente Bukele ha sentado un precedente para toda la región, y dudo mucho que, post-Bukele, la gente se quede dócil o sumisa ante crímenes o extorsión de las ya diezmadas y encarceladas “maras” (estructuras, miembros y jefes operativos) -digo, si alguna vez intentan sacar cabeza y poner en jaque el clima de tranquilidad y paz social que está viviendo el pueblo salvadoreño que, por décadas -y hay que resaltarlo-, no disfrutaba de caminar por sus calles, plazas históricas y bellezas naturales-. ¡Enhorabuena..!