Por Alfredo López Ariza
El escenario político ecuatoriano se encuentra en una convulsión tras la salida del presidente Guillermo Lasso, quien convocó a una “muerte cruzada” en mayo de 2023 debido a la creciente crisis socio-política e inseguridad en el país. En medio de las divisiones en la sociedad y llamados a paro, un factor clave en este “golpe” orquestado por la oposición fue la revelación de los vínculos de Guillermo Lasso y sus familiares con la mafia albanesa, la cual ha ganado terreno en Latinoamérica en la última década.
Estos vínculos se centraron en el fenecido Rubén Cherres, asociado de Danilo Carrera, este ultimo cuñado de Lasso y apodado el “Gran Padrino” por el medio digital La Posta. Esta investigación generó un juicio político contra el presidente Lasso y se convirtió en el motor de su derrocamiento, revelando una trama digna de los mejores thrillers de John Grisham o las novelas de Mario Puzo.
Luego del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, Daniel Noboa emerge como figura clave en la presidencia. El suceso fue considerado determinante para su ascenso, desencadenando una cacería de brujas en la que un partido acusaba al otro de estar detrás de la muerte. En una elección decidida por 300 mil votos, este cambio de percepción hacia los partidos tradicionales resultó crucial, favoreciendo al nuevo candidato.
Ahora, Noboa enfrenta el desafiante reto de abordar la creciente inseguridad en Ecuador, marcada por la presencia de grupos de crimen organizado como “Choneros”, “Tiguerones”, “Lagartos” y “Chone Killers”. La fuga de Jose Adolfo Macias, alias FITO, líder de la banda “Choneros”, el pasado 7 de enero, ha desencadenado una ola de violencia, incluida la toma de un canal de televisión en Guayaquil. Estos sucesos han llevado al presidente a declarar un estado de excepción y a emplear las fuerzas armadas ecuatorianas en una operación denominada Plan Fénix. El objetivo de esta operación es neutralizar a las pandillas, designándolas oficialmente como terroristas y marcándolas como objetivos militares.
En las venideras elecciones en Ecuador, la seguridad ciudadana surge como el eje central de las campañas políticas. En el presente, el presidente Noboa goza de un respaldo popular derivado de sus recientes acciones, y se perfila para enfrentarse a figuras destacadas como José Serrano, ex ministro de Interior durante el mandato de Rafael Correa, quien podría resurgir como candidato representativo de la Revolución Ciudadana. De manera similar, Jan Topic, del Partido Social Cristiano, figura que se destacó previamente en las elecciones por su enfoque en seguridad ciudadana, se postula como otro contendiente de peso. Ambos, reconocidos por sus credenciales en materia de seguridad, se presentan como los principales desafiantes del actual presidente.
Noboa, electo para completar el periodo constitucional 2021-2025, deberá implementar medidas efectivas para contener y erradicar la influencia de estos grupos, buscando restablecer la paz y seguridad en las regiones afectadas. Su éxito en este desafío será crucial para consolidar su posición política, mirando hacia una posible reelección en tan solo un año y medio.
En conclusión, Daniel Noboa debe intentar pacificar un país en caos y lograr consenso con organizaciones políticas opositoras claves en los paros sociales como el movimiento indígena Pachakutik y el partido Revolución Ciudadana, para mantener la gobernabilidad y evitar repetir el desenlace de su predecesor Lasso.