El evento electoral celebrado por la organización política Fuerza del Pueblo, para elegir 20 mujeres a la Dirección Política debe ser evaluado y medir sus resultados. A estos fines procede señalar que al aprobarse la resolución sometida por la Dirección Política a la Dirección Central hubo un desbordamiento de entusiasmos en ambos sexos que hizo pensar que era algo muy esperado y que constituía una agradable sorpresa.
Desde que la Comisión Electoral a cargo anunció el inicio de registros de candidaturas, en corto plazo se registraron 100 aspirantes; parecían no medir factibilidad de éxitos, sino que mostraban interés en estar en ese proceso y darle vida; cuatro de las 100 notificaron posteriormente su renuncia antes de celebrarse el evento.
Este pasado jueves 27 de octubre las 20 elegidas dos días antes, el martes 25, asistieron a un primer encuentro en la Dirección Política, celebrado en la Casa del Pueblo Jhonny Ventura, situada en la calle Benito Monción, del Distrito Nacional.
Es un reto para las que ganaron y para las que no fueron electas. Y lo es para ambas, aun no siendo iguales retos, porque FP tiene vocación de poder y ellas hablarán del comportamiento político de las mujeres, en general, al perder o alcanzar sus espacios que de derecho les pertenecen.
Setenta y seis no fueron elegidas, y en sus reacciones han de representar un comportamiento sujeto a las valoraciones que hagan. Si miran hacia adentro de sí mismas se dirán que tienen méritos; si levantan la mirada y evalúan el contexto, encontrarán factores que favorecieron, pero no tanto como para ganar. Siempre he considerado los valores femeninos asociados a los sanos y espontáneos de la niñez, quizás por el vínculo materno. Los niños no miran hacia adentro de si, miran en su entorno para aprender y desarrollarse.
Las 20 elegidas tienen un reto, aunque diferente. Su papel ha de ser poner a la vista su inteligencia múltiple y creativa, capacidad de participación enriqueciendo el proceso con creatividad y eficiencia; si no lo saben, están obligadas a hacer nuevos aportes desde su óptica femenina y a consensuar con sus ideas con las masculinas. En este escenario no son madres, ni esposas, ni novias; son copartícipe de igual a igual con los hombres, sin tener que recurrir a un arte diferente al de los argumentos, las propuestas y el trabajo.
Si bien es cierto que en las organizaciones sociales, las empresas, las universidades, el deporte y en actividades laborales hay muchas mujeres, las que más llamarán la atención por su comportamiento son estas 20 mujeres; y será así porque un partido político con vocación de poder, como lo es la Fuerza del Pueblo, con este paso que ha dado revela su disposición de disponer del espacio de la mujer, su rol, sus derechos para dirigir también los destinos del país. Lo ocurrido es una despejada señal de que ya empezó la participación masiva de la mujer en la actividad política.
Se masificará desde FP un liderazgo femenino sin dejarse distraer por banalidades y el glamour del liderazgo, para no romper o alejarse de la base que lo sustenta; sujeto a la causa común y al progreso del país. Involucrado en las grandes estrategias y jornadas políticas de la sociedad y del Estado.