Las elecciones para escoger el nuevo presidente de los Estados Unidos transcurrieron sin mayores contratiempos, quedó demostrado una vez más el grado de civismo de la población, así como la fortaleza del sistema político, las instituciones y la democracia.

Queda en la memoria colectiva una intensa campaña electoral con características muy particulares, prácticamente jamás vistas en las últimas décadas, matizada por la desinformación y una feroz propaganda política orientada a captar segmentos específicos del electorado, entre ellos el voto latino, que utilizó figuras del arte, del espectáculo y del entretenimiento, donde no ha faltado la controversia.

Tras el impacto mediático de los resultados, es de esperar que el país retorne a la calma en materia política y empiecen a cobrar mayor interés los retos y desafíos pendientes para el nuevo gobernante de la hasta ahora nación más poderosa del mundo.

En tal sentido, el nuevo mandatario tiene entre sus retos cohesionar una sociedad polarizada políticamente y dividida en torno al futuro de temas neurálgicos para la estabilidad y el desarrollo de la nación, los cuales nos proponemos citar en orden de relevancia desde una visión personal.

En ese orden, la economía se posicionó como uno de los temas más importantes en la campaña electoral y aunque la inflación se redujo un 2.4 % interanual en septiembre de este aňo, su nivel más bajo desde 2021, existe mucha incertidumbre porque todavía los precios de productos y servicios esenciales se mantienen elevados.

Desde hace tiempo existe el temor de que se produzca una recesión, un sentimiento que se alimenta con las cifras que establecen una contracción del empleo en julio y el desplome de la bolsa de Wall Street en agosto de este año.

La política exterior, por el apoyo que Estado Unidos le da a Ucrania en la guerra con Rusia, que ha entrado en una especie de desgaste en el que no paran los cuestionamientos por el dispendio de recursos para mantener este infructuoso escenario, al que se ha sumado el conflicto bélico entre Israel y Palestina, con el potencial de que se expanda a otras naciones vecinas. Al país norteamericano se le critica el respaldo a los sionistas en materia de defensa, y a su vez, la asistencia humanitaria a la población palestina en Gaza, que proporciona millones de dólares adicionales a la partida inicial.

No está de más mencionar que desde hace tiempo se plantea la posibilidad del inicio de una guerra entre Estados Unidos y China, en su disputa por la isla de Taiwán.

Ante todo esto, queda pendiente de definición si Estados Unidos logrará rearticularse para mantener su poder hegemónico ante el interés que cobra el multilateralismo.

Por otro lado, están la seguridad pública y fronteriza, ambas influenciadas por el espinoso tema de la migración, por los millones de indocumentados que coyunturalmente presionan por un cambio de estatus, su temor ante la eventualidad de que aumenten las repatriaciones y el flujo que se mantiene por la frontera sur, que crea de paso mucha presión interna en los ámbitos económico y político.

El cambio climático es otro tópico preponderante, porque es una nación cuya base económica está sustentada en gran medida en la producción de combustibles fósiles y su política climática es abordada de manera muy personal por el presidente de la República. Los embates del fenómeno se empiezan a sentir con el comportamiento drástico del clima en los estados más cálidos como La Florida, constantemente afectado por eventos atmosféricos de gran intensidad.

Asimismo, el aborto y la política sobre igualdad y equidad de género (Estrategia de Género), en una nación que está dividida, porque muchos relacionan ambos tópicos con los derechos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, desde la óptica de la discriminación y concomitantemente se toman en cuenta factores religiosos que sirven como catalizadores para la articulación de un discurso y la toma de decisiones polémicas que afianzan la polarización existente.

Finalmente, la salud pública está muy comprometida a propósito del repunte del consumo de drogas ilícitas, se considera una epidemia lo que está pasando con los opioides, que han disparado el aumento de las muertes por sobredosis, además de brindar un panorama lúgubre sobre el abordaje integral del tema por la proliferación de personas sin techo que se han instalado en “barrios zombies” de ciudades como Filadelfia, que sirve de referente de esta triste realidad.

Como se aprecia, Estados Unidos es un país en el que prevalecen problemas un tanto complejos que demandarán la atención inmediata del nuevo dignatario, siendo la estabilidad política y la cohesión social factores determinantes para mantener el desarrollo y la estabilidad durante la búsqueda e implementación de soluciones que impacten favorablemente al colectivo.

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