El anuncio hecho por el Director General de la Cooperación del Acuerdo y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), el ing. Felipe Suberví, de que el Gobierno de Luis Abinader, construirá la Presa de Haina, mejor conocida como la presa de Madrigal, es totalmente inviable e inaceptable, lo que demuestra un desconocimiento total de ese funcionario de la entidad que dirige, que vemos cada día que vive dando palos a ciegas, y pierde más tiempos en reuniones que trabajando.
Ese proyecto se planificó en base a una densidad poblacional y su consumo de agua diario de en el año 1972, y fue retomado en el Gobierno del Presidente, dr. Salvador Jorge Blanco y por rebatiñas política, para muchos autores, con el entonces presidente del Senado, lic. Jacobo Majluta, el mismo no fue aprobado.
Pasado 35 años de aquel acontecimiento, es importante destacar que a pesar de las diferencias políticas, hubo también diferencia de criterio en los técnicos de ambos sectores.
El proyecto de la presa de Madrigal original contemplaba un aporte de 80.5 millones de galones diario, en su primera etapa y 169 millones de galones de agua diario en su etapa final para una población estimada de un millón de personas, estimado para el año 2000, lo que para muchos era inviable, imagínense para el año 2021, donde el mismo director de la CAASD, dice que la demanda diaria del consumo de agua del Distrito Nacional y el Gran Santo Domingo anda por 415 a 420 millones de galones de agua por día, entonces de dónde este invento del actual director de la CAASD, subrayando que decimos que su construcción se iniciaría en el 2021, porque el 2020, está finalizando.
Hay que destacar, que otro elemento considerado negativo de construir esta infraestructura hidráulica, fue y ahora más que en aquellos años, lo constituye el peligro que representa esa presa para el municipio de Haina, que por inundaciones a grandes escalas que se podría producir por grandes avenidas, provocados por fenómenos naturales, que se convertirían en desastres naturales que pondría en riesgo esta presa que al colapsar esta zona, donde se concentran las principales Empresas e Industrias importantes y Estratégicas, del país; sumado a esto el importantísimo Muelle de Haina.
La alternativa propuesta por el proyecto del Senado de la República, era construir los proyectos Nizao-Valdesia, la Joya e Isabela II, que aportarían 221 millones de galones de agua por día.
Actualmente en el área de influencia donde se construiría la presa de Madrigal, viven más de 5 mil familias campesinas aglomeradas en 26 comunidades rurales y su desalojo se calcula en 500 millones de dólares, sin contar las perturbaciones de la sociedad y los estallidos sociales que acarrearían éstas inadecuadas y torpes acciones en estos momentos de un mundo nuevo por causa del COVID-19.
De aquellos enfrentamientos por la construcción de la presa de Madrigal, ya han pasado 35 años y todavía hay personas que ignoran que hacer este proyecto no tiene ninguna lógica medianamente posible.
En el año 2010 el otrora Administrador de la Empresa de Generación Hidroeléctrica (EGEHID), el destacado ing. Víctor Ventura, declaró, el 31 de marzo del 2010, al Matutino Hoy, que esta construcción de Madrigal no era factible y que costaría al país, US$1,100 millones, valor este, que se iniciará en éste gobierno como dice el Ing. Suberví su costo andaría a la tasa vigente proyectada al 2021, en un valor aproximado por encima de los 2 mil millones de dólares, sencillamente un absurdo. Destacando que construir esa presa de Madrigal sólo para abastecimiento de agua potable, no es rentable económicamente.
Otro proyecto viable sería la construcción del acueducto que se abastecería de la presa de Hatillo, cuyo costo se estipula en US$150 millones de dólares, de acuerdo a declaraciones del Ing. Víctor Ventura.
Lo importante es trabajar para establecer políticas publicas viables y posibles para abastecer a las población presente y futura con construcciones masivas de pozos tubulares y la rehabilitación de los existentes, hacer programas reales, honestos y transparentes de correcciones de fugas del preciado líquido, pero que sean reales, no en promesas y no seudas correcciones de fugas, al tiempo de implementar un gran programa de construcción de tanques de almacenamientos de agua distribuido por zonas, para ser utilizados de acopio y suministrar agua potable de manera eficiente.