No nos referimos al grupo que conforman los países soberanos del mundo. Estos solo llegan a 194. El G-226 reúne a los 226 reyes, sultanes, presidentes, primeros ministros o cancilleres en todos los países del mundo que han gobernado durante 12 o más años desde que arrancó el siglo XX.
Cuando se observan los miembros que conforman el G-226, es obvio que no hay restricciones para ingresar al club. Al mismo han ingresado dictadores, presidentes autoritarios y demócratas liberales e iliberales. Unos, fruto de golpes de estado; algunos, producto de revoluciones; y otros a través de elecciones limpias, opacas o controladas. Los menos, por “mandato divino” y herencia, como en el caso de reyes y sultanes.
Definitivamente, hay buenos, malos y feos. Algunos con barbas, otros con bigotes y una gran cantidad lampiños. Calvos, poco pelo y melenudos nutren el club.
Algunos que lo han hecho bien y han contribuido al desarrollo integral de sus países. Otros que lo han hecho muy mal, al extirpar los genes que dan lugar a la riqueza de las naciones. Hay, por tanto, creadores y destructores de naciones.
Algunos trascienden la muerte y aparecen en forma de ‘pajaritos’ guiadores de sus muy desventajados discípulos. Otros, supuestamente, dejan sus almas entre nosotros, atormentando palacios, casas y ministerios de gobiernos, hasta el punto de que ministros recién nombrados, no entran a sus despachos hasta que los mismos no son sujetos de despojos a golpe de ramos y agua bendita.
El rango de los años de gobierno es muy amplio, con un mínimo de 12 y un máximo de 52 años, ocupando el ‘one-and-only’comandante, la posición cimera como el gobernante del siglo XX con más años abrazados al carguito.
Por alguna razón extraña, la edad de Cristo, cuando es sobrepasada en años de gobierno, parece deparar, salvo muy raras excepciones, en tragedias, caos y empobrecimiento de las naciones. El período post-autarquía en la España de Franco y el caso de pequeños países que flotan sobre petróleo (Catar y los EAU) son la excepción a esta extraña regla.
Cuando nos circunscribimos a los indicadores de progreso económico, sin detenernos a observar los índices de represión y los avances en materia social y/o institucional, aquellos que decidieron gobernar igual o más años que los que vivió Cristo, quedan muy mal parados. Fidel (52, Cuba), Kim Il-sung (46, Corea del Norte), Gaddafi (42, Libia), Tito (37, Yugoslavia) y Mao Zedong (33, China), son sólo algunos ejemplos.
Por debajo de 33, encontramos un verdadero arcoíris de resultados en materia de fracasos y logros económicos. Si comenzamos con las tragedias y fracasos económicos, tenemos necesariamente que listar a Stalin (30, URSS), Ho Chi Min (24, Vietnam), Sadam Hussein (24, Irak), Ceauescu (22, Rumania), Sukarno (22, Indonesia), Daniel Ortega (20, Nicaragua), Brezhnev (18, URSS), Pol Pot (18, Camboya), Kim Jong-il (17, Corea del Norte), Jean Claude (15, Haití) y Francois Duvalier (14, Haití), Chávez (14, Venezuela), y los matrimonios Juan Domingo/Isabel Perón (12, Argentina), y Nestor/Cristina Kirchner (12, Argentina). Y claro, Mussolini (21, Italia) y Hitler (12, Alemania), líderes que no sólo destruyeron sus países y sus economías, sino también a aquellas que les hicieron la guerra.
Hay un grupo que a pesar de que durante sus gobiernos las economías revelaron cierto progreso, una parte considerable del mismo se destinó a enriquecer a los gobernantes, sus empresas, familiares y allegados y en algunos casos, a empresas extranjeras. Son los casos de Stroessner (35, Paraguay), Trujillo (30, RD), Gómez (27, Venezuela), Marcos (21, Filipinas), Somoza (20, Nicaragua), Carias Andino (13, Honduras) y Ubico (13, Guatemala).
Así como hay casos que dejaron una marca muy negativa, hay muchos que dejaron una huella de progreso en el ámbito de la economía. Lee Kuan Yew (32, excluyendo 14 como Senior Minister de Singapur), es el más trascendental de todos. Debemos mencionar también a Suharto (31, Indonesia), Mubarak (30, Egipto), Chiang Kai-shek (25, Taiwán), Seretse Khama (24, Botsuana), Tager Earlander (23, Suecia), Balaguer (22, RD), Mahatir Mohamad (22, Malasia), William Lyon Mackenzie King (22, Canadá), Robert Menzies (19, Australia), Quett Ketumile Masire (18, Botsuana), Park Chung-hee (18, Corea del Sur), Getulio Vargas (18, Brasil), Augusto Pinochet (17, Chile), Jawaharlal Nehru (17, India), Einar Gerhardsen (17, Noruega), Luis Muñoz Marín (16, Puerto Rico), Helmut Kohl (16, Alemania), Putin (16, Rusia), Augusto Leguía y Salcedo (15, Perú), Pierre Trudeau (15, Canadá), Mustafá Kemal Atartuck (15, Turquía), Recep Tayyip Erdogan (15, Turquía), Gamal Abdel Nasser (14, Egipto), Konrad Adenauer (14, Alemania), Lee Hsieng Loong (14, Singapur), P.J. Patterson (14, Jamaica), Franklin Delano Roosevelt (12, EUA), Víctor Paz Estenssoro (12, Bolivia), Rudd Lubbers (Holanda), Angela Merkel (12, Alemania), Evo Morales (12, Bolivia), Lee Teng-Hui (12, Taiwán), Leonel Fernández (12, RD), y Deng Xiaoping (12, China), responsable de dejar los motores encendidos en la economía que, en el 2026, sobrepasará a EUA como la economía más grande del mundo.
Una nota curiosa. La moda de años de gobierno en el G-226, es decir, el valor que más se repite en la serie, es 12. Como se advierte, hay de todo en el G-236. ¿Se quedará en 236 o acogerá nuevos miembros? Nadie puede responder esa pregunta. El tiempo dirá.