El sistema educativo dominicano atraviesa por uno de sus momentos estelares, caracterizado por una confrontación directa entre los intereses económicos y valor de la educación, en una nación que necesita despegar hacia el desarrollo en forma sostenida.
La educación privada ha hecho grandes aportes al sistema con la formación de profesionales y técnicos de gran valía, pero la educación pública ha descendido en niveles marcados que deben ser resarcidos por la actual gestión, incluso, alcanzar un pacto serio, de compromiso y decisión, entre el Gobierno y el sector privado, para mejor urgentemente la calidad de la educación en el país.
Pensamos que la llegada repentina de la virtualidad sorprendió a los más entendidos y, de ahí la urgencia de retornar a la presencialidad, porque la capacidad de respuestas ha registrado fallas que deben ser corregidas en el corto plazo.
Si hay disposición y creemos que existe, es preciso disponer de los recursos para que el sistema educativo recobre su espacio sin que el sector privado se perjudique grandemente. Por eso es preciso lograr ese pacto que tanto se requiere, porque la calidad de la docencia de mejorarse desde la educación inicial hasta la formación profesional y técnica.
La escuela no solo requiere de edificaciones seguras y bien equipadas, sino que precisa de maestros más capacitados, menos políticos y con real vocación de servicio. El país debe avanzar y para ello, es necesaria la colaboración de todos: padres, maestros, estudiantes el Estado y los inversionistas.
La pandemia generada por el virus covid-19 ha dejado una gran lección en cada uno de los ejes que integran el Estado, comenzando por la Educación, Salud, Vivienda, Alimentación y Seguridad Ciudadana. Es una preocupación de todo dominicano sensato y que aspira a vivir en un país viable y seguro.
Comencemos ahora que las autoridades han puesto en evidencia su interés y el sector privado ha comprendido que debe andar de la mano con los poderes públicos para hacer más funcional el aparato estatal. Esperamos su comprensión.