Como cada año, la Asociación de Industrias de la República Dominicana celebra el día de la industria, reconoce industriales que han hecho aportes importantes a nuestro sector y a los periodistas que con sus artículos aportan a destacar los éxitos y dificultades industriales.
Ver que en esta ocasión que mi hijo Celso Juan preside la AIRD para mí es un orgullo. Me tocó dirigirla hace 25 años y ver que a los hijos les preocupa no sólo el desarrollo de nuestras empresas sino también el futuro del país es un verdadero motivo de satisfacción.
El reconocimiento a los hermanos Juan y Felipe Vicini, verdaderos luchadores por un sector incipiente que pudieron desarrollar gracias a su dedicación y talento. Don Gianni llegó más lejos porque desgraciadamente Don Felipe murió muy joven y enfrentó la tiranía de Trujillo, hasta el punto de que debió exiliarse por la oposición a que el sátrapa se alzara con el fruto de sus esfuerzos.
Este año los periodistas reconocidos con el premio George Arzeno Brugal fueron mi querido profesor Gustavo Volmar, por sus interesantes artículos económicos en Diario Libre; mi gran amigo Jairón Severino, que sabe ya más de economía que muchos de nuestros empresarios, del periódico semanal El Dinero; y la joven periodista Haydée Ramírez, de la Revista Contacto.
En la mesa que me tocó compartir con un grupo muy apreciado de empresarios y Monseñor Agripino Núñez, tenía a mi izquierda a mi buen amigo Franklin Báez Brugal. Cuando escuchábamos al orador reconocíamos el crecimiento del país, pero que muchos de los temas tratados vienen de los tiempos que los dos estábamos en las asociaciones.
Los enlaces industriales, recuerdo que fue un proyecto financiado por el BID, durante la presidencia de Jorge Abbot, algo que nunca hemos logrado y una oportunidad tremenda de un mayor desarrollo y empleos para un país que los necesita. Contamos que esta nueva generación pueda lograr lo que para nosotros fue imposible.
Quien no reconozca el crecimiento de la economía es un insensato, pero nuestros gastos son mayores que los ingresos, no generamos las divisas necesarias, lo que tampoco es algo nuevo y se agudiza con los tratados de libre comercio que hemos venido firmando para éxito de otras economías menos la nuestra.
Nuestras exportaciones han venido creciendo no al ritmo que debían, pero es alentador que estemos tomando en cuenta de manera seria la innovación y la competitividad, y es el propio Presidente Medina que declara así este año.
Celso Juan dice, con razón, que los frutos de políticas públicas no se cosechan en un año, pero ahí está uno de los problemas de porqué nuestros avances en muchas áreas no se dan y es la falta de continuidad en las políticas en general. Se dan cambios que afectan proyectos, disminuyen la confianza del inversionista, el gobierno recauda menos, es difícil arriesgase a proyectos de largo plazo y hasta de corto plazo, porque de repente nos enteramos en la prensa que las reglas cambiaron.
Está el caso de ProIndustria, donde el sector empresarial ha hecho importantes sugerencias por medio del Consejo Nacional de Competitividad, ojalá se puedan aplicar pronto para que podamos cosechar los resultados de las mismas en el menor tiempo posible y no suceda lo de siempre, que a mitad de cruzar el río, medidas que están siendo positivas para generar divisas, reducir el costo de producir en nuestro país, se cambien de repente como sucedió con el ITBIS, que se sustituyó su pago en la DGII para dividirlo con la DGA.
Esperamos se cristalice que el gobierno dé prioridad a las compras de productos nacionales frente a los importados. Esto generaría factores multiplicadores sobre la economía que pocos pueden imaginarse. En vez de generar empleos en otros países, ¿Por qué no hacerlo en el nuestro?, cuando todos sabemos que el gobierno es uno de los mayores compradores de bienes y servicios.
No sólo el beneficio sería en crecimiento industrial, esto quitaría muchas presiones a nuestros funcionarios del equipo económico, ya que la generación de impuestos y de divisas sería mucho mayor.
Es común oír a la ciudadanía decir que el crecimiento no permea. Es posible que tengan razón y que la misma sean los siguientes factores y copio textualmente las palabras del presidente de la AIRD “En el índice Global de Innovación (2018), República Dominicana aparece en el lugar 87 de 126 países. Según el estudio, los factores críticos para el país son: instituciones (lugar 83), investigación y desarrollo (lugar 105) infraestructura (lugar 74), satisfacción del mercado (lugar 73), sofisticación de las empresas (lugar 95), conocimiento y tecnología (lugar 92) y creatividad (lugar 62).
El reto de las autoridades y de las nuevas generaciones está precisamente en cambiar esos indicadores y existe el interés de ambas partes, no podemos seguir hablando de lo mismo, es momento de aprovechar el interés de todos y relanzar la economía hacia esa 4ta revolución industrial de la que todos hablamos.
Pero cómo hacerlo si contamos con un código laboral poco flexible, el pacto eléctrico ha sido imposible de firmar. Todos estamos de acuerdo, y lo ha expresado el Ministro de Hacienda, de la necesidad de que el próximo gobierno se aboque a una verdadera reforma fiscal el primer día de su mandato.
El reto está planteado. Lograr los avances que requerimos tiene que pasar de la retórica a la acción y hay que aprovechar que gozamos de estabilidad económica para no tener que hacer cambios en momentos de crisis que pueden muy bien venir del exterior en un entorno mundial donde no tenemos control ninguno.