Hoy está prevista la juramentación del nuevo Defensor del Pueblo, escogido luego de largas horas, días, semanas y hasta meses de discusiones y reuniones, evaluaciones y entrevistas. Ha sido todo un parto que hoy Pablo Ulloa sea juramentado en esta posición.
Un proceso que inició en la pasada gestión de gobierno y que llega a su fin en medio de disgustos por parte de legisladores que entendían que el también aspirante, Henry Merán, era el más idóneo y que la ley 19-01 que da lugar a esta figura constitucional, en ningún momento hace reparo de que el posible candidato no debe tener militancia política. El senador Dionis Sánchez, del partido Fuerza del Pueblo y quien ha sido el que ha manifestado el mayor disgusto, ha puesto evidencia un tema que preocupa a algunos que han hecho carrera política.
“Que por un criterio que se quiere poner en este país, sobre todo por una clase que quiere llegar a los puestos públicos sin querer buscar votos, porque los políticos no tienen honestidad, no tienen capacidad ese criterio se quiere imponer”, comentó en medio de la sesión del Senado donde por voto fue escogido el segundo Defensor del Pueblo que tendremos los dominicanos. Desde el inicio fue un acto de irresponsabilidad someter a dos candidatos a la terna de la que saldría el escogido, con lazos y compromisos partidarios evidentes.Ciertamente, los compromisos políticos se convierten –en la mayoría de los casos– en un gran peso a la hora de querer predicar con el ejemplo.
El pugilato por forzar la escogencia entre un candidato y otro con los que el partido de gobierno tenía compromisos, llevó a los legisladores incluso a olvidarse del candidato idóneo, Pablo Ulloa, y no fue hasta que una intensa presión mediática y la propia sociedad levantó la voz en contra de lo sucedido que hicieron un alto, enmendando el “error”. Hoy estamos ante una nueva historia que promete grandes cambios de la mano de un joven experimentado y formado para esta posición.
Pese a todos los esfuerzos que ha hecho la doctora Zoila Martínez tras asumir el puesto en un momento en que el país se abría paso a esta experiencia, al día de hoy y luego de ocho años de existencia de esta autoridad, hay quienes se hacen la pregunta para qué existe y cuáles son las funciones del defensor del pueblo. Sin dudas que necesitamos un representante que tenga claro que es una autoridad independiente, un ejecutor que no se encuentra sujeto a ninguna limitante más que la del apego a la ley y que su principal característica debe ser la neutralidad. Tenemos la esperanza en que con Pablo Ulloa se escriba una nueva historia de cara a esta autoridad que asumirá con una agenda cargada de trabajo y al que debemos apostar.